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Conducimos el Toyota Yaris Cross. Hereda el espíritu del RAV4

Toyota fue uno de los pioneros de los SUV urbanos con la primera generacion del RAV4. Ahora, sin embargo es uno de los últimos en sumarse a este segmento B-SUV, el que más crece y el que lidera ya el mercado, pero como tiene experiencia en esto, es posible que recupere el tiempo perdido. El Yaris Cross es el modelo con el que la marca japonesa va a dar la batalla a los Arona, 2008, T-Cross -líderes de ventas- pero también al ejército de rivales de todas las marcas: C3 Aircross, DS3 Crossback, 500X, Puma, HR-V, Kona, Bayon, Stonic, CX-3, Juke, Crossland, Captur, Kamiq…

Y lo hace explotando ese espiritu del primer RAV4, un SUV pequeño y muy dinámico que en su momento se definió como el GTI de los todoterreno. Pero hay más cosas que explota del RAV4, del actual. Y es que a primera vista, este Yaris Cross parece más un RAV4 que ha encogido que un Yaris que ha crecido.

24 centímetros más que un Yaris

La imagen y las formas exteriores recuerdan mucho al todocamino más grande, con esas lineas poderosas, sus pasos de rueda muy cuadrados y sus protecciones o la forma del techo. Y por supuesto, la parrilla, en la que encontramos los mismos rasgos que en su hermano mayor. Esas forma exteriores hablan de sus intenciones, pero sin llegar a las dimensiones del RAV4. Porque el Yaris Cross es un modelo que, por tamaño, es claramente un SUV urbano. MIde 4,18 metros (24 cm más que el Yaris) y 1,56 de altura (cinco centímetros más que el utilitario), aunque mantiene la misma distancia entre ejes -2,56 metros-. Con eso, la habitabilidad es similar a la del Yaris -aunque con mayor altura, que redunda en la sensación de amplitud- pero lo que se gana es en capacidad de maletero que crece hasta los 397 litros en las versiones 4×2 o 320 en los 4×4 (frente a los 270 litros que cubica el Yaris).

Son unas dimensiones exteriores y una capacidad interior que coloca al Yaris Cross como mucho más que una alternativa solo urbana. Puede ser perfectamente el primer coche de una pareja o una familia pequeña. Porque el maletero, además, ofrece una gran modularidad, con un nuevo sistema Smart Cargo, que permite adaptar el cofre a cada momento. Se pueden reclinar lo respaldos posteriores en proporción 60:40 o incluso 40:20:40 en los niveles más altos de equipamiento. Además dispone de una bandeja inferior de dos niveles dividida en dos partes 60:40, que permite rebajar el piso del maletero en parte o en su totalidad para poder llevar objetos más grandes y altos. Además, cuenta con cinturones de carga en el maletero para que los objetos puedan ir perfectamente asegurados.

Si miramos hacia más adelante, vemos cómo el espacio para ocupantes es correcto, como en el Yaris y notable en altura en la parte trasera, donde se echa un poco en falta algún centímetro más en anchura. La plaza central no se ve perjudicada por un túnel de transmisión grande, lo que es una ventaja.

Y las plazas delanteras disfrutan de un salpicadero moderno y funcional, con una pantalla flotante en el centro para el sistema de infoentretenimiento Toyota Smart Connect. La pantalla puede ser de hasta 9 pulgadas y ahi se agrupan diversas funciones y se controlan, por ejemplo, las conexiones del teléfono a través de Apple CarPlay. Bajo esta pantalla las salidas de aire parecen un poco escondidas y no dan la sensación de airear lo suficiente. Y una práctica bandeja entre las salidas de aire y los mandos de climatización para poder dejar objetos. Y en la consola, junto a la palanca de cambios, encontramos el selector de modos de conducción, la rueda que permite optar por el modo nieve o barro en las versiones tracción total y delante otra bandeja con el cargador inalámbrico del smartphone. Todo ordenado, todo al alcance del conductor y todo muy racional.

Hibrido autorrecargable, por supuesto

Racional es, por supuesto, la apuesta mecánica de Toyota. Como no podía ser de otra manera, el Yaris Cross opta la tecnología híbrida, en este caso la cuarta generación de su sistema. Esta mecánica híbrida autorrecargable de 116 CV en total asocia el motor tricilíndrico 1.5 de gasolina -de ciclo Atkinson- con el cambio automático CVT y dos motores eléctricos -tres en el caso de los Yaris Cross AWD-i- y una pequeña batería que almacena energía de frenadas y deceleraciones.

Con este sistema, y como ocurre en el resto de los híbridos autorrecargables de Toyota, la eficiencia es muy alta en ciudad -el nuevo sistema de baterías favorece la ciculación en eléctrico, sin emisiones, prácticamente en cuanto levantamos el pie del acelerador- con más de un 70 por ciento del tiempo circulando en eléctrico en el recorrido urbano por Sevilla. También, como ocurre en el resto de híbridos autorrecargables, esta eficiencia se reduce al salir a carretera; pero en los más de 300 kilómetros que hemos recorrido durante la presentación entre Sevilla y Zahara de los Atunes, en Cádiz, circulando por carreteras y autovías a buen ritmo, hemos gastado 5,6 l/100 km… Nada descabellado.

Si la eficiencia está bien, de dinamismo tampoco anda nada mal. No tiene ese carácter de GTI del que hablábamos en el primer RAV4 -la tecnología hibrida autorrecargable tiene su idiosincrasia propia-, pero gracias a su ajustado peso y a esa plataforma TNGA-B de la que sale el Yaris y, no lo olvidemos, el GR Yaris, el comportamiento dinámico es más que notable. En esos 300 kilómetros nos lo ha demostrado. Divertido y muy ágil ofrece unas suspensiones tirando a blandas pero que filtran y dan información al conductor a partes iguales. La dirección es precisa aunque tal vez muy suave -mejora un poco en el modo Power- y los frenos cumplen muy bien. El cambio sigue siendo el CVT de variador; no es nuestro preferido, ya se sabe, pero esta vez no parece tan antipático con ese sonido en vacío cuando aceleras con ganas para adelantar o recuperar.

El comportamiento ha sido sano y divertido; pero se echa de menos un poco más de chicha. Los 116 caballos están bien para un uso normal con equilibrio entre eficiencia y prestaciones; pero si hubiera algo más bajo el capó realmente se agradecería. Porque le falta poder de recuperación por ejemplo en subidas pronunciadas o cuando cae el régimen de giro; y con ese cambio, sin posibilidad de reducir para darle más vida al motor, a veces te parece poco. Aunque es cierto que luego corre, si vas lanzado adelantas con prontitud y en general la sensación es de deportividad.

Tracción i-AWD: un plus

A esto hay que añadir el plus de seguridad y de comportamiento que supone contar con la tracción integral i-AWD de que disponía nuestra unidad, porque mejora claramente a lo que puede ofrecer la tracción delantera. Es esto de la tracción integral una de las apuestas de Toyota, que pretende que de su gama Yaris Cross, al menos el 20 por ciento sean versiones 4×4. Otra apuesta es la seguridad, donde este Yaris Cross cuenta con una dotación elevadísima. De serie, en toda la gama, Toyota Safety System con sistema de precolisión con asistencia a la dirección y detección de peatones, control de crucero adaptativo hasta 180 km/h con reconocimiento de señales, sistema de mantenimiento de la trayectoria con asistencia a la dirección o airbag central de serie.

Y más elementos que se pueden incluir como alerta de tráfico cruzado posterior, detector de ángulo muerto, sistema de aparcamiento inteligente o parking con sensor de frenado automático. Un compendio de características que, unidas a un precio que parte de 23.350 euros (a los que se pueden descontar 1.850 euros al financiar) convierten a este Toyota Yaris Cross en una excelente alternativa en el cada vez más complicado segmento de los SUV-B. Un modelo que lleva bien la herencia de aquel primer RAV4.