En la década de los 90, el romance entre Antonio Banderas y Madonna cautivó al mundo del espectáculo. Aunque su relación nunca se confirmó oficialmente, las especulaciones y los encuentros secretos alimentaron la llama de este amor prohibido. Uno de los momentos más memorables de su historia fue cuando la «Reina del Pop» dispuso de un vehículo de ensueño para escapar de los paparazzis junto al galán español, un Mercedes-Benz 560SL 1987.
La chispa entre ambas estrellas, una de la música y el otro del cine, surgió durante el rodaje de la película «Evita» en 1996. En ese momento, el andaluz estaba casado con Melanie Griffith, lo que dificultó la expresión abierta de sus sentimientos por la cantante. Más allá de su situación sentimental, la química entre ambos era evidente y la atracción mutua era innegable.
El Mercedes-Benz fue el vehículo donde ocultaban su amor Madonna y Antonio Banderas
A pesar de las dificultades, Madonna y Antonio Banderas encontraron momentos para verse en secreto. Uno de esos encuentros quedó registrado en la memoria de los fans gracias a las fotografías que capturaron a la pareja saliendo del apartamento de la cantante en Nueva York. En las imágenes, el actor se escondía bajo una manta mientras ella lo guiaba hacia un elegante Mercedes-Benz 560SL convertible de color negro.
Aunque el romance entre ellos no prosperó, el recuerdo del modelo alemán en el que escaparon de los paparazzis sigue vivo en la memoria de los que vivieron ese gran momento mediático. Este vehículo se convirtió en un símbolo de su amor prohibido, una historia que aún hoy alimenta la imaginación de quienes fueron testigos de una de las parejas más icónicas del espectáculo.
¿Qué característica tenía el Mercedes-Benz de Antonio Banderas y Madonna?
El Mercedes-Benz 560SL 1987 era un vehículo de ensueño en aquella época. Su diseño elegante y sofisticado, junto con su potente motor V8 de 5.5 litros y 227 caballos de fuerza, lo convertían en un símbolo de lujo y estatus. El convertible era perfecto para que la pareja escapara de los paparazzis, ya que su capota bajada les permitía pasar desapercibidos entre todos los reporteros.
Ese vehículo alemán no solo fue el escenario de la fuga de Madonna y Antonio Banderas, sino que también fue un vehículo codiciado por otras celebridades de la época. Su estilo clásico y su alto rendimiento lo convirtieron en un objeto de deseo para estrellas como Sylvester Stallone, Tom Cruise y Arnold Schwarzenegger. Era muy usado en su época por todas las estrellas de Hollywood.
