La generación W126 de Mercedes-Benz tiene el privilegio de ser una de las más longevas de la historia, pues estuvo en producción entre los años 1979 y 1991 (el Coupé es cierto que llegó en 1981). A lo largo de esos casi doce años de historia, la firma alemana fabricó un total de 892.123 unidades para todo el mundo entre berlinas y coupés, pero jamás salio de fábrica una versión 'T Modell', pues con esa letra Mercedes-Benz denominaba por aquellos entonces a las carrocerías familiares.
Por lo tanto, este extraño y único ejemplar que ahora mismo tienes ante tus ojos no es una creación propia de la casa alemana, sino un encargo especial de un cliente bastante adinerado, quien pidió su fabricación al carrocero Caro International, que tiene su sede en Hamburgo, Alemania, y que está especializado en fabricar autocares, limusinas, vehículos blindados… Y también particulares familiares.
Nació de la base de un 560 SEL de 1990
Para crear esta pieza única se tomó como punto de partida un Mercedes 560 SEL de la época, que tras sufrir las debidas modificaciones en la parte posterior de su carrocería empleando piezas artesanales y otras tantas originales de Mercedes-Benz (la mayor parte de las piezas de su zaga provienen de un Clase E de la generación W124), pasó a denominarse 560 TEL. Lo cierto es que su longitud exterior no se modificó, por lo que hablamos de un familiar con 5,16 metros de largo (si hubiera nacido de un 560 SE mediría 5,02 metros).
El propulsor tampoco se vio afectado por la conversión, por lo que esconde un 5.6 V8 atmosférico que genera 280 CV de potencia y 430 Nm de par motor (si no estuviera catalizado hablaríamos de 300 CV y 455 Nm), enviados a las ruedas traseras por medio de un cambio automático de cuatro velocidades.
Lo curioso de esta criatura es que actualmente se encuentra a la venta por medio de Collection Stuart Parr en Nueva York. Luce el color exterior original, así como su tapicería de cuero negro de la época. También se trata de una unidad europea, por lo que no equipa los horribles paragolpes que empleaban las unidades que llegaban por entonces a Estados Unidos.
Desde entonces apenas ha recorrido 103.000 kilómetros (son unas 64.000 millas) y parece encontrarse en perfecto estado. Ahora bien, su particularidad podría cobrarse a precio de oro, pero lo cierto es que su precio no ha sido facilitado.
