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domingo, 21 septiembre 2025

La fórmula perfecta para cambiar tu viejo coche por uno eléctrico y ahorrar hasta el último euro

El renting flexible se presenta como la vía más sencilla y económica para acceder a un coche eléctrico: sin grandes desembolsos, con todos los servicios incluidos y la posibilidad de devolver o cambiar de vehículo cuando quieras.

La movilidad está cambiando a un ritmo frenético, y el coche eléctrico ya no es una rareza reservada a los más pioneros, sino una alternativa real para miles de conductores en España. Sin embargo, dar el salto a lo eléctrico plantea todavía muchas dudas: el precio de adquisición, la autonomía, la red de carga o incluso el temor a que la tecnología se quede obsoleta en pocos años. En este escenario, cada vez más personas buscan fórmulas de acceso que les permitan conducir un eléctrico sin hipotecar su bolsillo ni asumir riesgos innecesarios.

Una de esas soluciones, que está ganando terreno de forma imparable, es el renting flexible. Esta modalidad, que combina todas las ventajas de tener un coche nuevo con la tranquilidad de no comprometerse a largo plazo, se ha convertido en la puerta de entrada ideal para quienes quieren probar un coche eléctrico. Según un reciente estudio de Northgate, uno de cada cuatro conductores interesados en adquirir un eléctrico lo haría precisamente a través del renting flexible.

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Las barreras que aún persisten (y cómo superarlas)

Foto: Northgate

No todo son ventajas, y el mismo estudio señala los principales frenos que todavía disuaden a muchos usuarios. La escasez de puntos de recarga es el mayor obstáculo, seguido de la autonomía y la percepción de que los precios de los coches eléctricos siguen siendo elevados.

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Aquí es donde el renting flexible vuelve a jugar un papel decisivo. Al no implicar una compra definitiva, el conductor puede cambiar de coche en cualquier momento, optando por modelos con mayor autonomía o tecnologías más modernas conforme vayan apareciendo en el mercado. De esta forma, se elimina el miedo a quedarse con un coche obsoleto o limitado por la infraestructura de recarga.

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