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Bentley R-Type Continental. El abuelo del exclusivo Continental GT

Cuando los ingenieros de Bentley comenzaron a trabajar en el desarrollo de los exclusivos Bentley Continental GT y Bentley Continental GTC (también se comercializan los Bentley Continental Flying Spur con carrocería sedán de 5,30 metros de longitud) pusieron sus ojos en el pasado histórico de la firma británica. Concretamente se remontaron hasta el año 1950, momento en el que el ingeniero Ivan Everden comienza a trabajar en un proyecto «no oficial» que dio como resultado uno de los deportivos más adelantados en el tiempo, el Bentley R-Type Continental, el cual puedes disfrutar en movimiento en este vídeo.

Todo comienza en ese año 1950, cuando se plantean la posibilidad de fabricar el deportivo más rápido y lujoso de su época, algo similar a lo que 55 años después ofrece el Bentley Continental GT Speed, cuyo propulsor 6.0 W12 de 635 CV le permite a este coupé de 2.395 kilos de peso alcanzar los 331 km/h.

Ofrecer lo que nadie podía en 1950

El objetivo estaba claro. Querían ofrecer a sus clientes un coche que pudiera transportar a cuatro ocupantes a una velocidad de crucero de 100 millas por hora (160 km/h), algo desconocido por aquellos entonces. Para ello mezclaron tres factores que son clave en este deportivo de 1950: un potente propulsor, una carrocería aerodinámica y un ligero peso.

Bajo el largo capó del primer prototipo, bautizado con el nombre de OLG 490 (apodado cariñosamente como «Olga»), late un propulsor de seis cilindros en línea y 4.566 centímetros cúbicos cuya potencia fue elevada de 140 a 153 CV. Su aerodinámica carrocería estaba diseñada por nada menos que por HJ Mulliner, un nombre que a día de hoy continúa ligado a Bentley. Esta carrocería estaba tratada en el túnel del viento y estaba fabricada en aluminio, pues en Bentley se habían propuesto ofrecer un peso final de 1.750 kilos.

No sólo la carrocería era de aluminio, sino que en ese material también estaban fabricados los paragolpes, la estructura de los asientos o los marcos de las puertas y la luna delantera. Por aquellos entonces pensaron que incluso la radio era un elemento superfluo y que si prescindían de ella se aligeraba el vehículo. Así fue, y esta fue considerada como un extra que el cliente podría adquirir a la hora de comprar su futuro Bentley R-Type Continental, el cual todavía no se sabía si se iba a fabricar. Todo era «top secret».

Neumáticos exclusivos para él

No sólo tienen que convencer a una junta directiva que veían al Bentley R-Type Continental como algo desproporcionado, sino que se enfrentaban a algo más complicado, pues por aquellos entonces no existían unos neumáticos capaces de soportar las prestaciones que prometía esta nueva criatura de 1.750 kilos, 153 CV y capaz de rozar las 120 millas por hora (193 km/h).

Finalmente Dunlop trabaja en el proyecto y consiguen ofrecer a Bentley un neumático acorde a sus necesidades. Con todo listo, en septiembre de 1951 viajan con el primer prototipo hasta la pista de pruebas de Montlhéry, cerca de París. Allí, el Bentley OLG 490 consigue completar cinco vueltas a la pista a una velocidad media de 118,75 millas por hora (191,11 km/h), alcanzando puntas muy cercanas a las 120 millas por hora.

Esto entusiamó a la junta directiva y el Bentley R-Type Continental entró en producción en el año 1952, llegando pedidos de todas partes del mundo. Su vida comercial finaliza en 1955, momento en el que ya equipaban un propulsor que pasó de 4.566 a 4.887 centímetros cúbicos y sólo se llegaron a fabricar 208 ejemplares. Todos excepto 15 unidades, estaban carrozados por Mulliner.

Costaba el salario anual de quince años

Por aquellos entonces, un Bentley R-Type Continental costaba 6.928 libras (al cambio actual serían 9.560 euros). Sin duda era toda una fortuna cuando el salario medio anual en Reino Unido era de 468 libras (costaba lo que quince veces el salario anual) y una casa de tipo medio costaba por aquellos entonces 1.891 libras.

Con todo esto, no cabe duda de que Bentley puso el listón muy alto a la hora de desarrollar el que a día de hoy podríamos considerar como su nieto, el Bentley Continental GT.