En 2017, alguien dentro de la estructura de Audi pensó que sería una buena idea modificar las denominaciones de sus motorizaciones empleando unos números relacionados con la potencia de cada modelo. Eso sí, la clasificación se estableció teniendo en cuenta las cifras en kilovatios (kW), que es la oficial y la usada desde el punto de vista de ingeniería; sin embargo, el resto nos manejamos con los caballos (CV), por lo que todo se complica aún más.
Por ejemplo, la versión de acceso del A1, dotada del motor 1.0 TSI de 95 CV, pasaba a denominarse 25 TFSI (hasta 80 kW/109 CV); la siguiente, con el mismo bloque pero con 115 CV, 30 TFSI (entre 81 y 96 kW); un Audi A3 2.0 TDI 150 CV, 35 TDI (de 110 a 120 kW)… Hasta el momento, el tope lo marcada el ‘60’ presente en los A8, Q7 y Q8 TFSIe (462 CV) y en el e-tron GT (530 CV), pues todos los modelos S y RS, además del R8, quedaban exentos.
La realidad es que, siete años después de su implantación, aún hay gente de a pie que se asombra al pensar que un pequeño A1 lleva un motor 3.0… No sabemos cuál es la razón exacta, pero lo cierto es que en declaraciones al medio Auto Express, Florian Hauser, director de ventas y marketing de Audi eléctricos, dejó claro que uno de los objetivos para el futuro es facilitar las cosas a sus clientes. Y desde luego, este incomprensible sistema de clasificación no casa en absoluto con esta medida.
No se trata de una teoría, sino que este cambio de denominaciones ya ha puesto en marcha en el Q6 e-tron, que ya prescinde las denominaciones numéricas. Su actual versión de acceso se denomina Q6 e-tron quattro, mientras que la más potente toma el nombre SQ6 quattro. En principio, esto deja un hueco para la futura variante de un único motor, que llevaría la denominación Q6 e-tron. Una práctica que, según parece, también se va a aplicar en el Q8 e-tron, así como en los futuros modelos 100 % eléctricos de la marca, como el A6.
La medida va más allá de las denominaciones
Conviene reseñar que esta decisión no sólo hace referencia a las denominaciones que aparecen en la tapa del maletero del vehículo en cuestión, sino también a los equipamientos opcionales, y de nuevo el Q6 e-tron ha sido utilizado como ‘conejillo de indias’. Audi ha decidido reducir el número de opciones disponible agrupándolas en paquetes, algo que facilita muchísimo toda la fase de adquisición de un vehículo, desde la configuración hasta la fabricación.
La reducción de mecánicas de combustión también favorecerá esta medida, aunque aún está por ver qué si Audi volverá al uso de las cilindradas (1.0 TFSI, 2.0 TDI…), aunque también hay que tener en cuenta la presencia de las versiones híbridas enchufables, actualmente conocidas por la denominación numérica de la potencia correspondiente y las letras TFSIe.
Sea como fuere, lo que está claro es que la medida, que incluso a los medios especializados nos resultó muy confusa y difícil de asimilar (al final te acabas acostumbrando), no fue acertada y que, aplicando un dicho muy español, rectificar es de sabios.
