Zayn Sofuoglu, un niño de tan solo cinco años, ha dejado al mundo sin palabras tras alcanzar la asombrosa velocidad de 312 km/h al volante de un Lamborghini Revuelto. Aunque muchos podrían pensar que a esta corta edad es imposible manejar un superdeportivo con tal destreza, el niño ha demostrado que la experiencia y la pasión por la velocidad pueden empezar desde muy temprano, especialmente si se es hijo de Kenan Sofuoglu, un reconocido piloto de motos turco.
En un video que rápidamente se viralizó en Instagram, el nene se prepara meticulosamente para la experiencia. Con el apoyo de su padre, se viste con un traje de piloto, se coloca el casco y ajusta su cinturón de seguridad en un asiento especial diseñado para su tamaño. Todo esto ocurre en un aeropuerto, donde la pista se convierte en su campo de juego y el superdeportivo híbrido de 1.001 caballos de fuerza, es su juguete.
El video del niño de 5 años conduciendo el Lamborghini
Lo más impactante es que, a pesar de su corta edad, Zayn mantiene el pie en el acelerador hasta que el velocímetro digital marca los 312 km/h, demostrando una serenidad y control que sorprenderían a cualquier adulto. El joven Sofuoglu no es un extraño en el mundo de la velocidad. Su cuenta de Instagram, administrada por sus padres, es un testimonio de su temprana incursión en este apasionante universo.
Durante su impresionante recorrido, el niño muestra una concentración inquebrantable. Sus ojos están fijos en el horizonte mientras avanza a toda velocidad por la pista, pero también demuestra una sorprendente madurez al mantener la calma después de cruzar la línea de meta. Al reducir la velocidad, mira el cuadro de instrumentos, el espejo retrovisor y vuelve a centrarse en la carretera, ignorando temporalmente la felicitación de su padre para asegurarse de que todo está en orden.
El Lamborghini no es el único coche que condujo

A lo largo de su corta vida, ha manejado una variedad de vehículos, desde motocicletas y karts hasta algunos de los autos más potentes del mundo. Entre ellos se encuentra un Tesla Model S Plaid, en el que realiza donuts, y un Ferrari SF90, donde también mostró sus habilidades al volante. Con esta experiencia, no es de extrañar que se sienta cómodo pilotando un Lamborghini a velocidades que muchos adultos solo soñarían con alcanzar.
El caso de Zayn Sofuoglu plantea una cuestión inevitable: ¿es apropiado que un niño tan pequeño participe en actividades tan arriesgadas? Aunque no hay duda de que Zayn tiene una habilidad natural y un entorno que le permite desarrollar estas capacidades, la discusión sobre la seguridad y la madurez necesaria para manejar tales situaciones es inevitable. Algunos podrían argumentar que el riesgo es demasiado alto, mientras que otros podrían verlo como un prodigio en formación, destinado a seguir los pasos de su padre en el mundo del automovilismo.