Este año, los automovilistas pagarán por el impuesto de circulación de sus coches casi 4.000 millones de euros. Pero no todos desembolsarán la misma cantidad y las diferencias entre lo que se paga en unos municipios y otros pueden alcanzar hasta un 900%.
Es el dato que pone sobre la mesa Automovilistas Europeos Asociados, quienes denuncian que en España existen hasta 27 paraísos fiscales, en los que se concentra la matriculación de coches por ser más barato el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM). Esta asociación evidencia las grandes diferencias de fiscalidad que existen en los municipios españoles respecto a este gravamen.
De hecho, un conductor de San Sebastián paga un 49% más por el impuesto municipal de su coche que uno de Madrid, o un 158% más que uno domiciliado en Tenerife.
3Así funciona el impuesto

El Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) se creó en España hace 34 años en sustitución del impuesto de circulación de vehículos (conocido también como “numerito”) y genera unos ingresos anuales en torno a los 3.900 millones de euros a las haciendas locales. El impuesto, que pagan 38 millones de conductores, se abona en función de la potencia fiscal del vehículo, en el caso de coches; en función de la cilindrada, en el de las motos; y el peso y número de asientos, en el caso de los camiones y autobuses.
Hay una tarifa mínima establecida para todo el territorio nacional, a excepción del País Vasco y Navarra, pero la ley permite a los ayuntamientos incrementar discrecionalmente dichas cuotas, pudiendo llegar a cobrar hasta el doble de la tarifa mínima, situación que ocurre en 8 de las 52 capitales de provincia españolas.
Por otro lado, la ley permite también aplicar bonificaciones de hasta el 75% en función del carburante y las características de los motores, e incluso exonerar del pago del impuesto en el caso de los coches históricos y de más de 25 años.
De esta forma, se produce un éxodo de automovilistas hacia paraísos fiscales, es decir, hay numerosas empresas de alquiler y de renting que concentran la matriculación de sus flotas en pequeños municipios en los que han abierto sucursales por su favorable tratamiento fiscal.
Un fenómeno que se originó a raíz de la eliminación del indicativo provincial de las matrículas españolas, en septiembre del 2000, lo que permitió a los propietarios de grandes flotas de vehículos destinados al alquiler de coches y al renting concentrar la matriculación de sus vehículos en municipios con una baja fiscalidad.