Fisker, Fisker Automotive, es una marca afincada en Agaheim, Carlifornia, en Estados Unidos. Su fundador es Henrik Fisker, que hasta el año 2005 había trabajado en Aston Martin. En Aston Martin fue director de diseño y responsable en este campo de coches tan míticos y conocidos como el DB9, V8 Vantage, y en otras marcas como el del BMW Z8, etc. En el año 2013, Henrik Fisker dimite como CEO de la compañía. Y en febrero de 2014, Fisker Automotive es comprada por Wanxiang America Inc. por casi 15 millones de dólares.
Antes de llamarse Fisker Automotive, Henrik Fisker y otro socio fundaron Fisker Coachbuild, dedicada a la fabricación de coches personalizados para clientes de alto poder adquisitvo. Así, el Fisker Tramanto y Látigo eran derivados de los Mercedes SL y Serie 6 de BMW, respectivamente. De ahí, pasaron a ser Fisker Automotive. En 2007 se da un nuevo paso y Quatum Technologies entra en la compañía, siendo responsable del desarrollo del tren motriz.
Ya como tal, Fisker presenta en el Salón del Automóvil de Detroit el Fisker Karma, que fue, o es, uno de los primeros híbridos enchufables eléctricos. Este modelo, además, tenía como «misión» cumplir las especificaciones del U. S. Departament of Energy que otorgaba prestamos para fabricar 100.000 vehículos año en Estados Unidos.
El Fisker Karma es un deportivo berlina híbrida enchufable de cuatro puertas y cuatro asientos de casi cinco metros de longitud y carrocería de aluminio. Tiene dos motores eléctricos situados en el eje trasero, es un propulsión, de 408 caballos de potencia oficial declarada (300 kW) con un par de 1.300 Nm. El motor de gasolina de 2,0 litros, ubicado en posición central delantera, dispone de turbocompresor y 260 caballos. Su misión es aportar potencia cuando se necesita y, principalmente, mover un generador eléctrico para cargar las baterías de iones de litio de los motores eléctricos. Con los tres motores funcionando a la vez, la autonomía es de 480 kilómetros, mientras que solo con los dos motores eléctricos en funcionamiento, la autonomía es de 80 kilómetros y la velocidad máxima limitada a 153 km/h. Por tanto, el de gasolina no solo aporta potencia y mayores prestaciones, puede considerársele también un motor de autonomía extendida.
A Fisker le es concedido precisamente en 2009 un préstamo de más de 528 millones de dólares. Así, el Karma estaba destinado a venderse a finales de ese año, aunque debido a los retrasos que sufrió en la financiación, el Karma también se vio obligado a posponer sus entregas hasta 2011. Esos mismos avatares llevaron a que el Karma, como decimos su principal modelo, se suspendiera en 2012 tras 2.450 unidades producidas. Además, tras entrar en bancarrota la empresa suministradora de baterías para el Karma (A123 Systems), Fisker tuve que llamar a revisión a sus coches para hacerles algunas reparaciones, lo que conllevó gastos adicionales. Desde 2009, el Karma está descatalogado.
No obstante, desde hace pocos años, Fisker está anunciando o dando pinceladas de otros modelos. Desde del Ocean para 2022, con precios incluidos para el mercado americano, hasta una posible pick up de la que se han desvelado algunos bocetos. Señal, todo ello, de que la nueva Fisker tiene visos de continuidad o, cuando menos, voluntad de seguir.