El Mercedes-Benz Clase G nunca ha sido un coche más. Desde su debut hace más de cuatro décadas, este icono de la ingeniería alemana se ha mantenido fiel a una fórmula que combina robustez militar, diseño inalterable y un aura de exclusividad que pocos vehículos pueden igualar. Hoy, esa fórmula se reinterpreta con un giro inesperado —y sumamente atractivo—: el regreso de una versión Cabriolet, actualmente en pleno proceso de pruebas dinámicas antes de su lanzamiento.
La marca de la estrella ha elegido Austria como primer escenario para poner a punto este nuevo Clase G descapotable. En un entorno donde conviven carreteras serpenteantes y exigentes pistas off-road, los ingenieros de Mercedes-Benz están recopilando datos clave para afinar cada elemento del vehículo. El objetivo no es menor: asegurar que la experiencia de conducción al aire libre alcance un nivel tan distintivo como la propia leyenda del Clase G.
Probar el sistema de la capota
Las pruebas actuales buscan evaluar la respuesta de la carrocería, el comportamiento dinámico y el funcionamiento del sistema de capota en condiciones reales de uso. El desafío es doble. Por un lado, mantener la rigidez estructural y el rendimiento todoterreno por el que la Clase G es famosa. Por otro, garantizar que el modelo descapotable ofrezca esa sensación de libertad absoluta que solo un Cabriolet bien resuelto puede transmitir. Todo ello sin renunciar a la comodidad y al refinamiento propios de Mercedes-Benz.
Pero Austria es solo el principio. El nuevo Clase G Cabriolet continuará su periplo hacia latitudes mucho más frías. En los próximos meses, el vehículo viajará hasta Suecia para enfrentarse a una de las etapas más exigentes de su programa de desarrollo: las pruebas de invierno. El último en hacerlo fue la versión eléctrica G 580 (aquí la primera prueba).
Última etapa del nuevo Clase G Cabrio
Allí, bajo temperaturas extremas y carreteras cubiertas de nieve y hielo, Mercedes-Benz evaluará la capacidad del modelo para mantener su rendimiento, tracción y estabilidad en las condiciones más adversas. Será también el lugar ideal para poner a prueba la fiabilidad de cada componente mecánico y electrónico, así como el comportamiento de la capota en climas gélidos.
Este riguroso proceso de validación evidencia la ambición de Mercedes-Benz por ofrecer un Cabriolet que no solo sea espectacular a nivel estético, sino también perfectamente competente como todoterreno. En un mercado donde los SUV de lujo se multiplican, la marca apuesta por una propuesta rara, exclusiva y con un fuerte componente emocional: un Clase G para conducir con el cielo como techo, sin sacrificar nada de su esencia original.
Auténtico multiusos
Aunque la compañía aún no ha revelado detalles técnicos ni especificaciones finales, el mensaje es claro: esta edición especial del Clase G Cabriolet aspira a redefinir expectativas. La marca promete un vehículo capaz de conquistar tanto las avenidas más exclusivas como los terrenos más salvajes, siempre con el inconfundible carácter que ha convertido a la Clase G en un mito contemporáneo.
Así, mientras los prototipos acumulan kilómetros y sensaciones en Austria, y se preparan para afrontar los rigores del invierno escandinavo, crece la expectativa entre los entusiastas. El regreso del Cabriolet representa más que una variante de carrocería: es una declaración de intenciones. Un recordatorio de que, incluso en tiempos de electrificación y eficiencia, todavía hay espacio en el mundo del automóvil para la emoción pura, la aventura y el disfrute sin filtros.
Mercedes-Benz, fiel a su tradición, promete compartir más información en los próximos meses. Hasta entonces, el nuevo Clase G Cabriolet seguirá escribiendo sus primeras páginas lejos de los focos, afinándose para convertirse —con toda probabilidad— en uno de los modelos más especiales y codiciados de la marca alemana en los últimos años.
