Cada año, cuando el calendario se acerca a diciembre, vuelve a escucharse el mismo mensaje en conversaciones, foros y redes sociales: “si compras el coche a final de año te ahorras un dineral”. Esta idea se ha convertido casi en una verdad absoluta para muchos conductores, que retrasan su decisión de compra esperando ese supuesto momento mágico en el que los concesionarios “regalan” los coches con tal de cerrar el ejercicio.
Sin embargo, la realidad del mercado del automóvil es bastante más compleja. Factores como los objetivos comerciales, el stock disponible, la fiscalidad, las campañas de las marcas o incluso la tecnología del propio coche influyen mucho más en el precio final que la simple fecha del calendario. En Motor16 analizamos qué hay de cierto en estas creencias y desmontamos las principales leyendas urbanas sobre comprar coche a final de año.
3Campañas y descuentos: no todo ocurre en diciembre
Pensar que las mejores campañas solo llegan a final de año es otro error bastante común. Las marcas lanzan promociones agresivas a lo largo de todo el año: en primavera para impulsar ventas, en verano para mover stock antes de vacaciones o incluso en septiembre para arrancar el último trimestre con fuerza. De hecho, muchos descuentos importantes se producen cuando un modelo está a punto de recibir un restyling o una nueva generación, independientemente del mes.
Además, en los últimos años hemos visto cómo factores externos —crisis de semiconductores, electrificación, cambios normativos— han alterado por completo la lógica tradicional del mercado. En algunos casos, comprar coche a final de año no solo no supone ahorro, sino que puede implicar plazos de entrega más largos o menos opciones de personalización.







