Cinco años de investigación, más de doscientas personas, 110 ensayos de todo tipo y más de 50.000 horas de banco de pruebas, que equivalen a más de 1,6 millones de kilómetros recorridos, con todo tipo de motores y vehículos han sido necesarios para conseguir esas moléculas que se adhieren a la suciedad y la arrastran fuera sin que aumenten las emisiones.