Faltan cargadores eléctricos públicos en nuestras poblaciones y en nuestras carreteras; es un hecho, y la Unión Europea pretende que los gobiernos que no han hecho sus deberes en esta materia “se pongan las pilas”. Así, los Veintisiete acaban de ratificar el acuerdo que obligará a que haya un punto de recarga para vehículos eléctricos cada 60 kilómetros, como mínimo, en la red básica de carreteras de la Unión Europea y cada 100 kilómetros en el resto de vías de la red integral transeuropea (RTE-T).
De este modo, los gobiernos nacionales deberán asegurarse de que antes del 1 de enero de 2026 habrá cargadores cada 60 kilómetros en la red prioritaria. Y, ojo, porque no vale con los habituales cargadores de 50 kW instalados actualmente en muchos de los puntos de recarga de la red de cerreteras. Al menos uno de los cargadores instalados en cada uno de los puntos de recarga recogidos en el acuerdo deberá contar con una potencia de salida de, como mínimo, 150 kW, y cada punto de recarga deberá disponer de una potencia total de al menos 400 kW.
En una segunda parte del plan, que deberá cumplirse antes del 1 de abril de 2027, deberá haber al menos dos cargadores de 150 kW instalados en cada punto de carga, y la potencia mínima total de los puntos de carga tendrá que alcanzar los 600 kW.

Más cargadores y más rápidos
Todo ello persigue que los turismos y furgonetas que se desplacen por las carreteras puedan recargar sus baterías con una potencia de 150 kW, lo que permitiría que un vehículo medio, que consuma en autopista en torno a los 18 kWh, pueda recuperar 100 km de autonomía en poco más de siete minutos.
En la actualidad, con los cargadores “rápidos” de 50 kWh que abundan en numerosas estaciones de servicio de nuestra red viaria, recuperar 100 km de autonomía en ese mismo coche medio supone invertir cerca de 22 minutos.
Por otra parte, el acuerdo contempla que haya estaciones de recarga para vehículos pesados cada 60 km en la red principal RTE-T con una potencia mínima de 350 kW, con una cobertura de red completa para 2030.
Estaciones de repostaje de hidrógeno
Mucho menos ambiciosas son las exigencias sobre la red de recarga de hidrógeno. Las estaciones de repostaje de hidrógeno o hidrogeneras para repostar tanto turismos como camiones deberán desplegarse a partir de 2030 en todos los nodos urbanos y cada 200 km a lo largo de la red básica de la RTE-T.
Otro aspecto interesante sobre el acuerdo de la Unión Europea es que los usuarios deberán poder pagar fácilmente en los puntos de carga o repostaje con tarjeta o dispositivos sin contacto, sin necesidad de suscribirse a un servicio específico y con absoluta transparencia sobre los pagos.

Por otra parte, el acuerdo incentiva también el uso de energías renovables en el transporte marítimo. Así, se obliga a los puertos marítimos que reciban un número mínimo de grandes buques de pasajeros o portacontenedores a que proporcionen suministro eléctrico en tierra para dichos buques antes de que arranque el año 2030.
Raquel Sánchez, ministra de Transporte y Movilidad, ha declarado que “La nueva ley es un hito de nuestra política Fit for 55, que proporciona una mayor capacidad de recarga pública en las calles de las ciudades y en las autopistas de toda Europa. Somos optimistas de que, en un futuro próximo, los ciudadanos podrán cargar sus coches eléctricos tan fácilmente como lo hacen hoy en las gasolineras tradicionales”. Cabe recordar que Sánchez asume durante este semestre la presidencia rotatoria de las reuniones ministeriales del ramo en la Unión Europea.
Tras la adopción formal del acuerdo, que se produjo el pasado martes, el nuevo reglamento se publicará en el Diario Oficial de la UE después del verano y entrará en vigor el vigésimo día después de esta publicación. Las nuevas normas se aplicarán a partir de los seis meses siguientes a la fecha de entrada en vigor del reglamento.