Este Subaru Impreza STi es un auténtico unicornio. Entregado al fallecido piloto Colin McRae en noviembre de 1998, se trata de uno de los tres prototipos de la codiciada edición limitada 22B construidos antes de que ésta empezara a fabricarse en serie. Se encuentra en un estado impresionante, con menos de 12.000 km en su odómetro, y sale a subasta por primera vez.
Prácticamente desconocido en nuestro mercado, el Subaru Impreza STi 22B es, para muchos aficionados, el Subaru Impreza definitivo. Lanzado para celebrar el 40.º aniversario de Subaru y su tercer campeonato de marcas consecutivo en el WRC, el Subaru Impreza STi 22B fue una serie limitada de 399 unidades que reemplazaba el motor original de dos litros por un 2.2 especialmente desarrollado para la ocasión.
Así es el Subaru Impreza STi 22B
Sobre la carrocería de dos puertas de la primera generación del Subaru Impreza, se añadió un espectacular kit, con aletas ensanchadas para aumentar las vías en nada menos que 8 cm, un alerón trasero de grandes dimensiones y, lo más importante, el exclusivo y codiciado motor EJ22.
El nombre 22B de esta serie, por cierto, no hace referencia a la cilindrada (o no sólamente), sino que es un guiño al patrocinador, la marca State Express 555, de British American Tobacco, ya que este número, en notación hexadecimal, es 22B.
Dicho esto, lo cierto es que bajo el capó encontramos un bóxer tetracilíndrico sobrealimentado por turbocompresor que pasaba de los 1.994 cm3 habituales a nada menos que 2.212 cm3. Pero, más allá del aumento de cilindrada, Subaru desarrolló un motor con un bloque de una fundición de hierro específica, más preparado para “soportar” el aumento de potencia que buscarían muchos de sus usuarios instalando turbocompresores sobredimensionados, válvulas de descarga más “perezosas”, etc.
La preparación no acaba en el motor. La carrocería está reforzada empleando el mismo tipo de soldadura que en las carrocerías de las unidades destinadas al WRC, la transmisión cuenta con desarrollos específicos, hay un embrague de carreras de dos discos, ejes de transmisión y palieres reforzados, diferenciales delantero y trasero con el grado de bloqueo ajustable por el conductor y frenos sobredimensionados.
Además, para las suspensiones se emplearon brazos inferiores de aluminio forjado exclusivos para esta versión, brazos transversales unidos por rótulas, amortiguadores Bilstein y muelles Eibach, sin olvidar el llamativo juego de llantas de aleación BBS doradas de 17’’.
El pacto entre caballeros de los fabricantes japoneses
Al igual que, durante años, los fabricantes alemanes limitaban la velocidad máxima de sus vehículos a 250 km/h, los fabricantes japoneses tenían otro pacto no escrito por el que la potencia de sus vehículos más deportivos quedaba limitaba a 280 CV. Oficialmente, Subaru se mantuvo fiel al pacto, y este 2.2 declara esos 280 CV, si bien en realidad este motor, de serie, entregaba más de 300 CV reales.
Como gesto de agradecimiento por sus servicios a Subaru a lo largo de los años (ganando el Campeonato Mundial de Rally de 1995, finalizando segundo en 1996 y 1997 y tercero en 1998 y ganando para la compañía su tercer título de fabricantes WRC consecutivo), se ofrecieron tres 22B a tres personas.
Uno se le ofreció a David Lapworth, de Prodrive. Otro se le ofreció a Nicky Grist, copiloto de Colin McRae, y la unidad que va a subastarse el próximo 26 de agosto fue para el propio Colin McRae. Como suele ser habitual, los “agraciados” tuvieron que pagar por los vehículos, pero realmente merecía la pena hacerlo, ya que con el tiempo se han convertido en joyas realmente codiciadas.
De hecho, Silverstone Auctions estima que el precio final de este Subaru Impreza oscilará entre 400.000 y 500.000 libras, equivalentes a entre 464.000 y 580.000 euros. Creemos que la valoración está algo hinchada, pero lo cierto es que el pedigrí de esta unidad y su mínimo kilametraje podrían obrar el milagro. Eso sí, si decides pujar, ten en cuenta que si bien el propio Colin McRae confesó en una entrevista televisiva que este 22B era uno de sus coches favoritos, también admitió que “es capaz de ponerte en apuros” debido a la confianza que transmite para ir cada vez más y más rápido.
El Subaru Impreza STi 22B de Colin McRae
De las 399 unidades producidas, 16 fueron vendidas en Reino Unido con algunas especificaciones “edulcoradas”, como un grupo final más largo. Sin embargo, los tres prototipos cuentan con especificaciones japonesas, lo que implica mantener los grupos cortos (4,444:1) para ofrecer aún más aceleración a costa de la velocidad máxima, velocímetro en km/h y algunas diferencias visuales como luces antiniebla cubiertas. Esta unidad, además, cuenta con un escape mejorado, pero junto con ella se entregan los neumáticos y el escape originales.
Además, desde que en 2006 lo adquiriera su actual propietario, cuenta con todas las facturas de repuestos, mantenimiento y servicio, lo que no deja ninguna duda a los posibles postores de que este purasangre está en impecable estado, tanto por fuera como mecánicamente.
Aparte de las tres unidades de preserie, las 16 que se comercializaron en Reino Unido se vendieron, en 1998, por cerca de 40.000 libras… en menos de 24 horas. Hoy, no obstante, quien haya conservado el suyo en buen estado cuenta con un auténtico unicornio que es, para muchos, el mejor Subaru Impreza de la historia.