La adopción de tres motores eléctricos y de un paquete de baterías de iones de litio con 7,9 kWh de capacidad lastran el vehículo (en concreto añaden 270 kilos), pero los ingenieros de Maranello se las han arreglado utilizando de forma masiva fibra de carbono y aleaciones especiales de aluminio para que este SF90 Stradale se quede en unos ajustados 1.570 kilos, lo que son 240 kilos más que lo que pesa un Ferrari F8 Tributo. Además, su rigidez a la flexión mejora en un 20%, mientras que la rigidez a la torsión aumenta un 40% respecto a las plataforma anteriores utilizadas por la firma italiana en sus deportivos.