Esta bebida ha sido diseñada y concebida bajo la dirección de dos maestros creativos, por un lado, el maestro mezclador de Whisky de Bowmore, Ron Welsh, y por otro, el vicepresidente ejecutivo y director creativo de Aston Martin, Marek Reichman. Con ello, se ha conseguido unir dos sectores totalmente distintos, el whisky y los coches.