Fabricar un coche cada 40 segundos requiere de una coordinación minuciosa, precisa y exacta para que las piezas que lo conforman lleguen justo en su momento. Cada vehículo que Seat fabrica en su planta de Martorell es diferente del anterior y del siguiente, con variaciones como el color, la motorización, los asistentes e incluso la posición del volante.