Ahora los ingenieros de la firma alemana están poniendo a punto esta criatura para que también consiga coronarse como el eléctrico más rápido en el circuito alemán de Nürburgring. Con el fin de abordar una vuelta de infarto a este circuito de 20,8 kilómetros de recorrido y ubicado a unos 600 metros sobre el nivel del mar, Volkswagen ha tenido que revisar por completo la gestión electrónica de sus dos motores, capaces de generar un total de 500 kW, el equivalente a unos 680 CV de potencia. Su aerodinámica también sufrirá drásticas variaciones, comenzando por un alerón posterior que ha requerido cientos de horas de desarrollo en el túnel del viento. Inspirado en el que utilizan los monoplazas de Fórmula 1, este alerón añade la función DRS, que reduce la fuerza aerodinámica en un 20%, de forma que el Volkswagen ID.R podrá alcanzar su velocidad máxima más rápido y utilizando menos energía de sus baterías.