En el Salón Internacional de Automóvil de Fráncfort de 1965 veía la luz un vehículo que sorprendía al mundo entero. El Porsche 911 Targa representaba algo totalmente nuevo, el primer cabriolet seguro del mundo, con una barra antivuelco. El Targa continuó siendo un producto fijo de la gama en la segunda generación del 911, fabricada desde finales de verano de 1973. Además, por primera vez, la carrocería del 911 fue modificada y empezó a incorporar nuevos paragolpes con una especie de fuelle negro en los laterales.