A medida que los vehículos avanzan hacia niveles más altos de conducción autónoma, surge un nuevo desafío: no basta con que el coche sea capaz de manejarse solo; también debe ser capaz de comunicarse con los peatones y otros usuarios de la vía. Con ese objetivo, la casa alemana Opel ha desarrollado un prototipo sobre la base de su conocido Opel Grandland equipado con un sistema de iluminación innovador que permite al vehículo expresar sus intenciones de manera clara y directa, ofreciendo un vistazo al futuro de la movilidad inteligente.
Conducción autónoma Nivel 3: para el Opel Grandland nuevos retos de comunicación
El Opel Grandland de prueba incorpora asistencia al conductor de Nivel 3, lo que permite al conductor relajarse y dejar que el vehículo tome decisiones en determinadas circunstancias. Sin embargo, cuando el coche se hace cargo del control, surge una necesidad crítica: ¿cómo transmite sus movimientos previstos a quienes se encuentran fuera del vehículo? Este prototipo aborda precisamente ese punto, utilizando un lenguaje luminoso y visual para comunicar sus intenciones.
El sistema combina una cámara avanzada, capaz de detectar objetos y gestos, con un algoritmo de predicción de intenciones basado en inteligencia artificial. Esto permite al vehículo anticipar situaciones complejas, como un peatón que sale de un vehículo estacionado o un niño que cruza la carretera persiguiendo una pelota.
Luces que hablan en este futurista Opel Grandland

Cuando el Opel Grandland opera en Nivel 3 o superior, sus intermitentes delanteros y traseros se iluminan en cian, un color elegido expresamente porque no se asocia con ninguna otra función del vehículo. Al detectar un peatón en su trayectoria, el SUV comienza a frenar y los faros LED cambian de blanco a magenta, indicando de manera clara y visual que se está tomando precaución.
Además, la tradicional pantalla que muestra el emblema Blitz de Opel puede proyectar señales de advertencia o iconos de peatones con un gesto de parada. Una vez que el vehículo se detiene, los LED se vuelven verdes y la pantalla indica que es seguro continuar, mostrando una figura caminando. En situaciones complejas donde la IA no puede decidir, el sistema solicita automáticamente que el conductor retome el control.
Repensando la iluminación automotriz
Philipp Röckl, Director Global de Iluminación de Stellantis, explica la filosofía detrás del proyecto:
“Los faros no solo cumplen una función de seguridad, sino que pueden convertirse en un medio de comunicación. Las firmas luminosas se pueden animar y utilizar para transmitir información a otros usuarios de la vía. La pantalla integrada en el Blitz del Grandland permite mostrar tanto el emblema como mensajes claros para peatones y conductores, facilitando la introducción de funciones de conducción autónoma de manera segura.”
Este enfoque convierte los elementos de iluminación existentes en herramientas de comunicación inteligentes, capaces de mejorar la interacción entre vehículos autónomos y el entorno urbano.
Colaboración con la Universidad Técnica de Darmstadt

El prototipo fue desarrollado internamente en la sede de Opel en Rüsselsheim (Alemania) y presentado en el Simposio Internacional de Iluminación Automotriz (ISAL) en Darmstadt. El proyecto es fruto de la colaboración entre el Taller de Conceptos de Opel y estudiantes de la Universidad Técnica de Darmstadt, dentro de una alianza estratégica con Stellantis iniciada en 2022 para investigar nuevas tecnologías de iluminación.
Actualmente, Stellantis financia a tres estudiantes de doctorado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Tecnología de la Información de la universidad, integrando investigación académica y desarrollo industrial para avanzar en soluciones de movilidad autónoma seguras y comunicativas.
Colores diseñados para la claridad
La elección de colores ha sido cuidadosamente estudiada para evitar malentendidos. Como explica Julisa Le, ingeniera principal de innovación de Stellantis:
“Elegimos específicamente colores que no estén asociados con otras funciones del vehículo. Por ejemplo, el rojo ya se utiliza en luces de freno o traseras. El cian y el magenta se han evaluado exhaustivamente y no aparecen en ninguna situación de tráfico, garantizando así una comunicación clara y directa con peatones y otros usuarios de la vía.”
Este enfoque garantiza que las señales del vehículo sean intuitivas y fácilmente reconocibles, reduciendo el riesgo de confusión y aumentando la seguridad en entornos urbanos complejos.
Un vistazo al futuro de la movilidad

El Opel Grandland autónomo se suma a una tendencia creciente entre fabricantes que buscan resolver el problema de la comunicación exterior en vehículos autónomos. Al integrar iluminación interactiva, sensores avanzados y algoritmos de predicción de intenciones, el prototipo demuestra cómo la tecnología puede mejorar la seguridad y la confianza tanto de conductores como de peatones.
Más allá de la innovación tecnológica, este proyecto refleja un cambio cultural en la automoción: los coches del futuro no solo transportarán personas, sino que también interactuarán de manera inteligente con su entorno, convirtiéndose en actores activos en la seguridad vial.
Con desarrollos como este, Opel y Stellantis avanzan hacia un futuro donde la autonomía y la comunicación vehicular se combinan para crear ciudades más seguras y movilidad más fluida, marcando un hito en la evolución de la conducción asistida y autónoma.
Fotos: Opel









