Desde hace tiempo, el hidrógeno se postula como una de las opciones para garantizar el futuro de la automoción a través de la tecnología de pila de combustible. De hecho, varios fabricantes comercializan modelos de este tipo, como el Toyota Mirai y el Hyundai Nexo. Pero ¿y si la pila de combustible no es la alternativa más interesante y la solución es el motor de hidrógeno?
La opción de utilizar el hidrógeno como combustible para alimentar propulsores térmicos está cogiendo fuerza. Hace años, marcas como BMW experimentaron con el motor de hidrógeno y en los últimos meses, pero desestimaron la idea. Puede que simplemente no fuese el momento adecuado. Pero ahora vuelve a ganar fuerza el planteamiento de que el hidrógeno sustituya a los combustibles fósiles para dar vida a las mecánicas convencionales.
El motor de hidrógeno gana puntos
Prueba de ello es el motor de hidrógeno derivado derivado del 1.6 Turbo que usa el Toyota GR Yaris que la marca japonesa emplea en el Corolla de competición. Otro ejemplo es el 5.0 V8 alimentado por hidrógeno que Yamaha fabrica para Toyota. Pero este último no es el único V8 que, en teoría, puede funcionar con hidrógeno, en lugar de con gasolina o diésel.
Según adelanta Muscle Cars and Trucks, Ford ha patentado un motor de hidrógeno. Se trata de un propulsor turboalimentado con un sistema de inyección directa de hidrógeno que permite utilizar este elemento como combustible. Por lo que muestran los planos de la patente, este bloque resolvería los problemas derivados de la detonación del hidrógeno. Conseguiría una mezcla más eficiente del hidrógeno y el aire para lograr una eficiencia óptima.
Más eficiencia y consumo contenido
En resumen: con este motor de hidrógeno haría falta quemar menos combustible porque Ford habría conseguido obtener la eficiencia deseada con una mezcla de aire y combustible más pobre. El diseño de este motor permite controlar el aire y el combustible por separado a través de un sistema de inyección directa y otro de recirculación de gases de escape, más conocido como EGR.
De esta forma, el motor de hidrógeno puede aumentar el flujo de la EGR cuando hay una mayor demanda de par para reducir la temperatura de combustión. Así se reducen las explosiones de combustible innecesarias y, por tanto, las emisiones. Mientras que cuando se requiere menos potencia, el flujo de la EGR disminuye y se reduce la cantidad de combustible que se inyecta en la cámara de combustión. Consiguiendo así un consumo más contenido.
¿Muscle cars con motor de hidrógeno?
El resultado es que este motor de hidrógeno arroja una cifra de emisiones notablemente inferiores a la de un bloque alimentado por combustibles tradicionales. Esto abre la puerta a utilizar el hidrógeno como combustible para seguir apostando por los motores térmicos. Sin necesidad de recurrir a la electrificación.
La patente del motor de hidrógeno de Ford muestra los planos de un solo cilindro, pero, teniendo en cuenta que se trataría de una opción eficiente y viable, no se puede descartar que se utilice en motores de 4, 6 o incluso 8 cilindros. Puede que estemos, por tanto, ante la salvación de los míticos bloques V8 que han utilizado desde hace décadas los muscle car americanos.
Hibridación con motor de hidrógeno
Otra opción es combinar el motor de hidrógeno con la electrificación para conseguir conjuntos híbridos más eficientes. Sin duda, la patente de Ford abre las puertas a un mundo de posibilidades en el que la pila de combustible deja de ser una opción, pero el hidrógeno sigue siendo la clave.
El motor de hidrógeno lograría aprovechar las ventajas de este elemento como combustible, sin depender de pesados depósitos y baterías. Además, estos motores tendrían un diseño igual de simple que el de un propulsor térmico convencional. Veremos qué sucede en los próximos años.
Es necesario mejorar la infraestructura
Desde luego, mejorar la infraestructura para repostar hidrógeno es imprescindible para que el motor de hidrógeno acabe siendo una alternativa real. Hoy por hoy, repostar un Toyota Mira o un Hyundai Nexo es prácticamente imposible en España. De ahí que ambos modelos no tengan demanda en nuestro país. Eso sí, son un escaparate tecnológico de lo que pueden hacer Toyota y Hyundai.
El hidrógeno es una energía renovable y por eso es viable. Utilizándolo para alimentar motores convencionales, los amantes de estos bloques podrán seguir disfrutando del sonido y la entrega de potencia de este tipo de mecánicas.
Más allá de lo puramente pasional, el motor de hidrógeno puede ser una estupenda alternativa para seguir utilizando el automóvil con un coste de utilización asequible. Sobre todo ahora que la electricidad, la gasolina y el diésel están a un precio a todas luces prohibitivo. Los fabricantes también lo tendrían más fácil a la hora de desarrollar y producir nuevos modelos. El motor de hidrógeno no sería tan costoso como el la pila de combustible.