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Ford GT. Ahora con Gorilla Glass para hacerlo indestructible

El nuevo Ford GT estrenará entre su tecnología un avanzado parabrisas producido con Gorilla Glass, convirtiendose así en el primer vehículo en el mundo en hacerlo. Su utilización abre un mundo de posibilidades a la industria automovilística ya que no sólo ahorraría peso sino que también la protección y la seguridad se incrementaría.

Una tecnología heredada de los Smartphones

El cristal Gorilla Glass es un producto confeccionado por la empresa Corning. Esta empresa, más conocida en el mundo por desarrollar las protecciones de las pantallas que utilizamos a diario en nuestros teléfonos móviles o tabletas, no es la primera vez que colabora con el sector automotriz. El año pasado tuvimos la ocasión de conocer que el BMW i8 contaba con su tecnología en uno de sus paneles pero ha sido Ford quien ha querido utilizar su producto para el parabrisas delantero y la luneta posterior que cubre el motor.

La utilización de esta tecnología en un coche parece más que entendible al buscar una mayor protección a los impactos y ralladuras, sin perjudicar por ello el peso general del vehículo. Ford asegura que gracias a la utilización de este sistema se han logrado reducir 5 kilos respecto a un laminado tradicional y es de un 25 a un 50% más delgado. Como bien sabéis, en este tipo de vehículos cada gramo cuenta así que pese a su ligereza tendrán que seguir pasando las estrictas pruebas de control de los organismos norteamericanos. Desde Ford también aseguran que pese a disminuir su grosor el aislamiento acústico en el GT se mantiene.

Para conseguir que esta tecnología funcione, el cristal utiliza 3 capas: una más interna que utiliza los niveles empleados en la industria automovilística, una intermedia termoplástica que absorbe ruidos y golpes, y una exterior de vidrio templado que hace las veces de tela de araña cuando se produce un impacto. 

La principal barrera que tiene esta tecnología para su democratización en vehículos más convencionales es el precio, ya que el coste de su utilización se incrementa en unos 4 dólares por 450 gramos de peso. Un precio que un automóvil laboratorio de 400.000 dólares no parece un mayor problema pero que en turismo convencional sería de quiebra. Pese a todo ello, a la empresa americana parece haberle gustado la idea y puede que se la lleve a otros vehículos de la casa.