Hay numerosos aspectos que hacen que el Bugatti Tourbillon sea único. En los años 80 los superdeportivos nacieron gracias al desarrollo de la sobrealimentación en lo que se conoció como “la era del turbo”. En los 90 y los 2000 se produjo la eclosión de la electrónica y la tracción total para canalizar las crecientes cifras de potencia de estos automóviles. Posteriormente los superdeportivos explotaron la fibra de carbono no ya sólo en sus bastidores sino también en las carrocerías. Y ahora es el turno de la hibridación y, sobre todo, de la aerodinámica, llevada a cotas nunca antes conocidas.
En junio de 2024, el Bugatti Tourbillon hizo su primera aparición. Como ocurre con cada nueva generación de un superdeportivo, el Bugatti Tourbillon es un automóvil concebido en todos los sentidos para superar a su predecesor, buscando ir más allá de los límites de lo que se cree posible, una filosofía que se manifiesta de manera especial en el avanzado diseño aerodinámico de este superdeportivo.
El trabajo de los aerodinamicistas en el Bugatti Tourbillon
Para crear uno de los coches de carretera más vanguardistas del mundo desde el punto de vista aerodinámico, Paul Burnham, ingeniero jefe de vehículos de Bugatti, partió de la siguiente premisa: “El predecesor del Tourbillon, el Chiron, ya era un coche de baja resistencia aerodinámica. Pero con el Tourbillon, tenemos que hacerlo mejor que eso”, lo que suponía partir de una hoja en blanco en cuanto a diseño aerodinámico, algo que no ocurrió igual en el caso del Chiron, que copiaba algunas soluciones del Veyron.
Superar la aerodinámica de un superdeportivo que ha marcado el récord de velocidad de un automóvil de producción en serie no es fácil, por lo que el desarrollo aerodinámico del Bugatti Tourbillon comenzó en una fase muy temprana del proyecto.
Una vez que los equipos de diseño e ingeniería de Bugatti habían sentado las bases para el próximo Bugatti Tourbillon, meses de simulaciones de dinámica de fluidos computacional (CFD) ofrecieron una primera idea del rendimiento que vendría después.
Para el siguiente paso, quince meses antes de la presentación del Bugatti Tourbillon al mundo, un grupo de algunos de los mejores ingenieros y aerodinamicistas se reunió en el túnel de viento con un modelo a escala 1:2 del Bugatti Tourbillon.
David Sostaric, jefe de aerodinámica de Bugatti Rimac, comenta que “esta prueba representa la primera validación del modelo a escala. Es la primera prueba en la que evaluamos diferentes volúmenes de diseño y diferentes cambios en el coche. Al intercambiar piezas, orientamos el coche hacia la búsqueda del rendimiento a alta velocidad, para luego pasar a la eficiencia de conducción y la capacidad dinámica”.
Para crear este modelo a escala, se emplearon 250 componentes impresos en 3D y equipados con más de 100 sensores de presión alrededor de los paneles de su carrocería. Con las mediciones obtenidas, los ingenieros aerodinamicistas del Bugatti Tourbillon correlacionaron todos los datos (puntos de presión, mediciones de flujo de masa, velocidad del aire, etc.) a fin de validar el perfil de rendimiento esperado para el automóvil, desarrollado en el mundo virtual con herramientas de simulación.
Así es la aerodinámica del Bugatti Tourbillon
Al bajar la zona frontal del automóvil, integrar un difusor trasero muy avanzado y reducir el tamaño de la superficie acristalada, los aerodinamicistas e ingenieros de Bugatti optimizaron el coeficiente de resistencia aerodinámica y el flujo de aire en todo el vehículo empleando no horas ni días sino meses completos en perfeccionar este desarrollo. Con todo ello, el Bugatti Tourbillon es capaz de alcanzar su velocidad máxima sin desplegar el alerón trasero mientras mantiene un gran nivel de estabilidad.
A medida que el laborioso proceso de correlación de los modelos de simulación con los resultados de pruebas reales y el desarrollo de piezas ganaba ritmo, el siguiente modelo (esta vez a escala 1:1) iba desarrollándose.
Paul Burnham, ingeniero jefe de vehículos de Bugatti, explica algunos de los desafíos del Bugatti Tourbillon, ya que “el nuevo sistema híbrido […] hace que el sistema de refrigeración sea mucho más complejo. Pero es por eso que hemos llevado el detalle al siguiente nivel; observando intensivamente los flujos de aire a través de los canales del radiador en la parte delantera, hasta las tomas detrás de la puerta dentro de la icónica línea C de Bugatti, para asegurarnos de que nuestras simulaciones digitales se alineen con el modelo físico y brinden suficiente refrigeración”.
Finalmente, el resultado es un modelo único que entra a formar parte del selecto club de superdeportivos híbridos, extremadamente potentes y aerodinámicos, unos modelos que llevan la aerodinámica a cotas nunca antes conocidas.