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Probamos el Volkswagen Taigo 1.0 TSI 95. Un coupé muy funcional

El fabricante de automóviles alemán con sede en Wolfsburgo, amplía sus opciones en el segmento SUV-B con el Volkswagen Taigo, que podría definirse como la variante coupé del T-Cross, al que supera en tamaño y habitabilidad. Pero mantiene intacto su buen compromiso entre confort y comportamiento en esta versión básica, muy completa de equipamiento y perfecta para moverse en ciudad y también en carretera.

Volkswagen diversifica su oferta entre los SUV de carácter urbano con una alternativa más dinámica pero sin renunciar a la faceta funcional que encuentra en el T-Cross. El Volkswagen Taigo es un SUV coupé, con una imagen más enérgica sobre una trasera modificada, adoptando un cristal trasero más inclinado, lo mismo que el pilar posterior, también más estrecho. Un formato utilizado en segmentos superiores pero que ha calado en este nicho con fuerza y que cada vez cuenta con más alternativas. El Volkswagen Taigo llega para dar respuesta a modelos como el Ford Puma, el Opel Mokka, el Nissan Juke, el Mazda CX-3 o el Kia Stonic; una nómina que sigue creciendo.
Y en este caso Volkswagen lo ha tenido más fácil, ya que tenía casi todo el trabajo hecho con el desarrollo del Nivus para el mercado brasileño y de otros países sudamericanos. Un concepto totalmente extrapolable para Europa, que ha llegado casi a la vez, con pocas variaciones.

Volkswagen Taigo 1.0 TSI 95 M5.

El tamaño importa

El Volkswagen Taigo utiliza la plataforma MQB-A0, es decir la misma que el Polo y el T-Cross, con una distancia entre ejes casi calcada. Si bien crece en tamaño, siendo 16 cm más de largo, para llegar a los 4,27 m. De ahí que no solo mantiene sus cotas de habitabilidad, sino que aprovecha ese crecimiento para ofrecer algo más de espacio longitudinal en las plazas traseras y sobre todo mayor capacidad de maletero. El vano de la puerta no es muy amplio, pero se entra bien detrás aprovechando la distancia al suelo y dos adultos viajarán cómodos, sin sentir aprietos en la cota de altura a la que no afecta prácticamente la caída del cristal posterior, que comienza por detrás de las cabezas. La plaza central, como con cualquier rival –las plazas posteriores están en la media por anchura–, es utilizable cuando viajan niños.
El maletero, con 440 litros –1.222 con los asientos abatidos– , amplía la capacidad del Volkswagen Taigo 55 litros respecto al T-Cross –aunque no se puede desplazar la banqueta longitudinalmente como en este– y es el más capaz de los SUV del segmento B, incluso de las variantes que no son coupé, disponiendo de suelo ajustable en dos alturas. Además del hueco que genera en la posición más alta para dejar objetos ocultos, cuenta con el vano para colocar una rueda de repuesto opcional (110 euros), siempre aconsejable.
Frente al volante, encontramos una posición óptima echando mano de las diferentes regulaciones de aro y asiento. Para colocarnos, si queremos, en una posición más baja que en el T-Cross sobre unos asientos amplios de banqueta, que recogen bien la espalda y que permiten hacer kilómetros de forma muy confortable.

Volkswagen Taigo 1.0 TSI 95 M5.

Puesto de conducción

Con los mandos muy ordenados, sin botones en la consola; solo el mando del volumen y el dial a los lados de la pantalla central para un uso directo, lo que sin duda se agradece. De hecho, en el sistema de climatización, dual de serie, la temperatura se gradúa de forma digital de manera directa y con buen tacto. Para el resto de las funciones hay que pasar por la pantalla central, de serie de 9’’, integrada en el salpicadero, con excelentes gráficos y un menú muy amplio. El sistema de navegación es opcional con el acabado Life disponible para nuestra variante de 95 CV, disponiendo de Apple CarPlay y Android Auto inalámbrico de serie.
Para el cuadro de mandos tiene de serie el Digital Cockpit de 8 pulgadas, con tres configuraciones que seleccionamos desde el volante, pero no dispone de los dos relojes en una misma vista como con el acabado superior que incorpora la pantalla de 10,25” (opcional para el Life).
El Volkswagen Taigo ofrece una muy buena percepción de calidad y acabados, al estilo de la marca, con plásticos bien acolchados sobre el salpicadero y la consola central. Choca encontrar a estas alturas coches con freno de mano de palanca, incluso en los segmentos inferiores, pero personalmente no me molesta lo más mínimo. Al contrario, siempre es un plus de seguridad en determinadas situaciones por las que no es necesario pasar…

Volkswagen Taigo 1.0 TSI 95 M5.

Una apuesta mas dinámica

La oferta de motores del Volkswagen Taigo es la misma del T-Cross a pesar de la apuesta más dinámica que sugiere su imagen, con tres escalones (95, 110 y 150 CV, todos gasolina), dejando las versiones más potentes para el T-Roc. Nuestra versión de pruebas es la que integra el escalón de entrada a la gama, con el tricilíndrico de un litro de cilindrada de 95 CV siempre asociado a un cambio manual de 5 relaciones. ¿Suficiente para mover al Taigo con buen ritmo en carretera? Un propulsor conocido, que ha pasado cualquier examen con nota sobre los diferentes modelos que lo incorporan del Grupo VW.
Y el Volkswagen Taigo no va a ser una excepción; se mueve bien en carretera –según la cifra oficial, 1.220 kg, peso algo menos que el T-Cross–, manteniendo con el coche cargado una velocidad de crucero elevada, sin problemas para rodar en autopista y carreteras abiertas, con reserva suficiente para poder dar más circulando en quinta sin tener que reducir de marcha. A ello ayuda el buen escalonamiento del cambio, con la 4º y 5º velocidad más abiertas, a falta de una sexta marcha –la encontramos en la versión de 110 CV que ofrece ese plus extra para moverse en carretera–.
Una elección dependiente, como siempre, del uso que le vayamos a dar para no economizar en la diferencia de precio, en donde en este caso, el consumo no marcará diferencias. Este es exiguo, con apenas 7 l/100 km en medio del tráfico urbano, a lo que ayuda la buena respuesta a bajas revoluciones que muestra esta evolución del tricilíndrico y que permite insertar enseguida la segunda velocidad para movernos, adaptándose con naturalidad a la falta de fluidez del ritmo de la ciudad, con un tacto agradable con las pocas vibraciones que transmite por debajo del medio régimen.

ficha taigo Motor16

En marcha

En carretera, el consumo también es reducido; con un ritmo regular, a 90 km/h, se ha quedado lejos de los 5 litros; y exprimiendo sus 95 CV, las cifras también son contenidas, para movernos en torno a los 6 l/100 km al viajar. Porque en zonas viradas, si quieres desmelenarte, el Volkswagen Taigo más modesto acelera bien, transmitiendo todo su par a las ruedas delanteras, apoyándose en el chasis, también el mismo que el T-Cross, pero con unas suspensiones algo más firmes.
En cualquier caso, con un tacto amable para alcanzar un compromiso notable entre confort y comportamiento. Fácil de conducir, transmite total confianza al conductor con un paso por curva muy neutro y una dirección que comunica fielmente lo que ocurre bajo las ruedas delanteras. Los frenos, de tambor atrás, en esta versión muestran suficiente mordida para detener al Taigo en una distancia adecuada, y no hemos logrado agotarlos en carretera.
A pesar de disponer del acabado básico como única opción con el motor más modesto, la dotación de serie del Life es realmente completa en cuanto a elementos de confort y con toda una batería de asistentes electrónicos. Equipamiento que se puede complementar en base a una serie de paquetes configurados. Su precio es correcto para todo lo que nos ofrece.

LA CLAVE.- Alternativa más dinámica por imagen y concepto al T-Cross, con algo más de tamaño que se traduce en más espacio interior y el maletero más dotado entre los SUV-B. Con ello debe justificar la diferencia de precio existente (unos 1.500 €), con algo más de equipamiento; muy completo. El motor de 95 CV perfecto en ciudad y generoso en carretera.