El Superb forma parte de ese tipo de vehículos con una función muy clara: proporcionar mucho espacio y comodidad a sus ocupantes. Así ha sido desde la primera generación, lanzada en el año 2001, que básicamente era un Volkswagen Passat de la época con una distancia entre ejes incrementada de manera significativa. Las dos siguientes entregas siguieron un camino más diferenciado respecto a su primo alemán, y esta cuarta ha vuelto a los orígenes; al menos, en la versión familiar, ya que el Passat ya no se ofrece con silueta berlina.
El nuevo Superb Combi cambia totalmente de diseño respecto a su antecesor, aunque sin perder ninguna de sus virtudes; es más, potencia sus puntos fuertes. Es el caso del maletero, que ahora alcanza nada menos que 690 litros de capacidad, 30 litros más que antes. El espacio en las plazas traseras se mantiene invariado, algo que no es para nada malo, pues ya era una referencia.
El interior también ha mejorado en lo que a calidad percibida se refiere. Adopta soluciones interesantes, como los selectores giratorios Smart Dials que aglutinan diversas funciones: control de la temperatura, volumen del sistema de sonido, modos de conducción… Su ejecución, no obstante, es mejorable, pues tienen un tacto poco sólido que desentona del resto del conjunto.
También aparecen nuevas soluciones prácticas, dentro de lo que la marca checa denomina Simply Clever, como un reposabrazos trasero extensible o un artilugio para limpiar la pantalla central. Se mantienen los clásicos paraguas integrados en las puertas o el rascador para quitar el hielo de las ventanillas, que ahora está realizado en material reciclado.
Así va el nuevo Skoda Superb Combi
Respecto a la gama de motores, hay mucho para elegir, partiendo del gasolina 1.5 con microhibridación y 150 CV, que es perfectamente válido para cualquier tipo de uso. Tiene un funcionamiento muy agradable y un consumo ajustado, que en una conducción tranquila puede rondar los 6,5 litros cada 100 kilómetros.
Quien vaya a realizar muchos kilómetros tiene en el diésel de 150 CV su mejor aliado. El 2.0 TDI puede registrar cifras cercanas a los 5 L/100 km, que unido a su depósito de 66 litros de capacidad dan como resultado una autonomía bastante por encima de los 1.000 kilómetros.
También hemos tenido una breve toma de contacto con la versión híbrida enchufable, que ahora se ofrece en exclusiva con la carrocería Combi. Su funcionamiento es más suave que antes, aunque la mayor mejora es en lo que respecta a la autonomía eléctrica, ya que ahora supera los 100 kilómetros (casi el doble que en el anterior modelo). Además, es sistema PHEV admite carga en corriente continua, a una potencia máxima de 50 kW.
Desde el punto de vista dinámico, el Superb Combi sigue siendo un coche muy confortable en todo tipo de carreteras, con un excelente aislamiento del habitáculo y un gran aplomo en vías rápidas. En carreteras más viradas no es nada torpe, aunque ninguno de los motores que hemos probado (faltan los gasolina más potentes) incitan a una conducción deportiva, sino más bien a lo contrario.
El Superb Combi está disponible desde 42.700 euros (sin descuentos) con el acabado de acceso Essence y el motor 1.5 mHEV. El diésel cuesta exactamente 3.000 euros más. Por cierto, en todos los casos, la caja de cambios es automática DSG de siete velocidades; el nuevo Superb no cuenta con transmisión manual. En abril se pondrá a la venta el híbrido enchufable y el gasolina más potente (2.0 TSI 265 CV 4×4), mientras que en diciembre llegará el 2.0 TSI 204 CV con tracción delantera y el acabado Sportline.
