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Prueba Opel Corsa 1.5 diésel. Economía de guerra

El Opel Corsa 1.5D es uno de los cuatro supervivientes que en el segmento utilitario siguen apostando por el diésel (junto a Citroën C3, Peugeot 208 y Renault Clio). Y no le sienta nada mal en valores de economía de uso, a pesar de que el gasóleo sigue perdiendo cuota de mercado. Incluso en la nueva generación, que llegará muy probablemente en la segunda mitad del año, las mecánicas diésel no parecen ya tener cabida.

Opel Corsa 1.5 diésel, autonomía espectacular

Opel Corsa diésel

Esto no quita lustre a nuestro protagonista. Un dato demoledor: con el depósito de 41 litros lleno homologa nada menos que 1.000 kilómetros de autonomía. Vale que la realidad es más tozuda, pero con los 5,1 litros de media registrados durante la prueba el rango de acción nos daría para cubrir 803 kilómetros. No está nada mal tampoco. Con estos números es complicado encontrar un vehículo tan interesado en cuidar nuestro bolsillo. Homologa 4,2 litros cada 100 kilómetros.

Curioso el cruce de ‘civilizaciones’ del Corsa. Se fabrica en Zaragoza, con tecnología francesa (pertenece al Grupo Stellantis) y una puesta a punto alemana. Más allá de un tamaño comedido gracias a sus 4,06 metros, a una excelente aerodinámica (0,29 de Cx) y a un peso bastante ligero (apenas 1.165 kilos), el milagro se produce por la escasa ‘sed’ que tiene su propulsor diésel de 1.5 litros y cuatro cilindros en línea.

Eroga una potencia de 100 CV. No es una locura (tampoco el par máximo de 250 Nm), pero son valores que resultan suficientes para mover con soltura el vehículo en cualquier escenario. Si en ciudad lo borda, en carretera tampoco defrauda este utilitario de la marca alemana.

No contempla hibridación y la etiqueta es C

Opel Corsa diésel

El único ‘pero’ que le podemos poner es que no tiene etiqueta ECO porque su plataforma no admite hibridación. Sin embargo, en valores de consumo, resulta extraordinario. Si nos tomamos las cosas con calma es fácil moverse en torno a los 4,0 litros de media, y sin nos animamos es complicado superar los 5,5 en el ordenador de viaje. Nada que debatir en este aspecto.

Los detractores del diésel dicen que el problema es que resulta sucio. Nuestro protagonismo incorpora un filtro SCR al que se le inyecta una solución de AdBlue (porta un depósito de 13 litros aparte) que elimina los temidos NOx. ¿Entonces? Tampoco nosotros entendemos este empeño por querer eliminar este combustible a toda costa.

Sin querer hacer de abogado del diablo, la versión de gasolina 1.2 PureTech de 100 CV resulta 1.900 euros más económica, acelera algo mejor, recupera algo peor y consume bastante más (en torno a 1,5 litros reales). Bueno pero es más agradable, se preguntará alguien. Pues similar porque el diésel es menos refinado, pero el bloque de gasolina es tricilíndrico y no gira tan redondo.

Prestaciones del Opel Corsa diésel

El Corsa diésel ofrece un rendimiento adecuado para viajar y no será mayor problema adelantar. De hecho en cuarta velocidad cubre el 80-120 km/h en 8,9 segundos, que no es un tiempo para batir récords, pero resulta muy aceptable.

Opel Corsa diésel

El propulsor no es muy generoso en su abanico de actuación. Digamos que comienza a tirar con fuera en torno a las 2.000 rpm y no vale de nada superar las 4.000. Eso complica en ocasiones la capacidad de recuperación con la sexta relación engranada, pensada por su generoso desarrollo para calmar el consumo en autovía o carretera.

El cambio de seis relaciones tiene un tacto agradable (no es demasiado rápido), dinámicamente es una garantía por su nobleza y estabilidad, y la suspensión es confortable, aunque no es una referencia en este sentido.

La dirección también convence, aunque lo que más llama la atención es lo bien que frena (36,5 metros necesita para detenerse por completo desde 100 km/h). Incluso cuenta con un perfil Sport que, si somos sinceros, apenas incrementa su deportividad.

Interior del Opel Corsa diésel

Opel Corsa diésel

Nuestra unidad porta el aparente acabado GS Line, con carrocería bicolor. Ya adelantamos que apenas mide 4,06 metros de longitud y eso le pasa factura a la habitabilidad, con unas plazas traseras quizás algo justas. Nada que objetar delante, donde nos recibe con unas butacas confortables, calefactadas y con función masaje en el lado del conductor.

El cuadro de mandos es digital, similar al de la versión eléctrica. Quizás sea pequeño, pero al menos dispone de seis presentaciones diferentes. La ergonomía es buena y la climatización queda fuera de la más que aparente pantalla táctil ubicada en el salpicadero.

En nuestra unidad tiene un tamaño de 10 pulgadas e incorpora navegación, Opel Connect y conectividad Android Auto y Apple CarPlay por 1.200 euros extra en la carta de opciones.

Maletero del Opel Corsa diésel

Otra cosa es la parte trasera. El acceso no es cómodo porque obliga a bajar la cabeza en exceso, y una vez dentro el espacio para las piernas y la cota de anchura no son especialmente generosas. Tampoco la capacidad del maletero, que con 309 litros se queda en la media baja del segmento.

Opel Corsa diésel
URBANO DIESEL

Sí que brilla en su dotación tecnológica, aunque en muchos casos hay que pagarla aparte. No es habitual en el segmento ofrecer unos faros matriciales Intellilux, muy avanzados, aunque cuestan 750 euros. También hay que pagar por el climatizador automático (250 euros), la mencionada pantalla táctil de 10 pulgadas con navegador (1.200) o el Pack Parking, que incrementa el confort y la seguridad por 500 euros.

Seguridad del Opel Corsa diésel

De serie trae lo mínimo exigible en un vehículo de esta categoría. Entre los elementos más destacados está una alerta por cambio involuntario de carril, control de velocidad de crucero, retrovisor interior fotosensible, sistema de infoentretenimiento de 7 pulgadas, faros ECO LED, llantas de aleación de 16 pulgadas… Todo a un precio con el acabado GS Line de 25.050 euros.

Opel Corsa diésel

En definitiva, el Opel Corsa diésel resulta muy convincente por su dinámica, agradable tacto general, buen rendimiento del propulsor y, sobre todo, por su consumo, que nos permite superar los 800 kilómetros reales con un solo depósito.