El Mazda CX-5 es uno de los estandartes de la marca japonesa. De hecho, es su modelo más vendido en Europa, con prácticamente un 19 por ciento de las matriculaciones en su gama. Producto redondo por su equilibrio y agradable tacto general, se ha sometido ahora a una actualización que salpica a muchas pequeñas cosas que le hacen más competitivo.
Cambios estéticos sutiles en el Mazda CX-5
Si echas un vistazo por fuera y no estás demasiado familiarizado con este SUV de 4,58 metros de longitud, te costará ver sus cambios a nivel estético. Estos afectan a la parrilla frontal, ahora con un efecto tridimensional, y a su paleta de colores. Se introduce un nuevo acabado denominado Newground, que contempla defensas offroad delanteras y traseras para darle un aspecto más robusto y aventurero. Se mantienen las líneas Homura, de perfil deportivo, y Takumi, en el que prevalece la elegancia.
Tampoco el interior sufre precisamente una revolución. Se mantiene tal cual en su presentación, cotas de habitabilidad y agradable tacto general. Sin embargo, sí que se añade algún detalle práctico, como un cargador inalámbrico para el smartphone en la consola central, y una zona de carga más práctica en la zona del maletero, al quedar el piso enrasado con el umbral de carga con el fin de facilitar las labores de ‘carga’. Cubica 522 litros de capacidad.
También se han mejorado aspectos como la cada vez más demanda conectividad. Ahora se puede conectar de manera inalámbrica a Apple CarPlay y Android Auto, se han mejorado algunos gráficos y la marca asegura que la pantalla del salpicadero, de 10,25 pulgadas, es más rápida e intuitiva en su manejo.
De cualquier forma no es táctil en marcha, alegando motivos de seguridad (sí lo es en parado) Se maneja desde un mando giratorio situado en la consola central, con mandos satélite, una solución que en marcha convence más que la intuición táctil.
Sistema ‘mild hybrid’ en los motores de gasolina
Hasta ahora no parece que haya mucha ‘chica’, cierto. Pero si pasamos al aspecto mecánico la cosa mejora. Ahora las versiones de gasolina incorporan un sistema híbrido ligero de 24V (Mazda M Hybrid) que les permite presumir de la etiqueta medioambiental ECO, una solución cada día más demandada por los conductores que se mueven por la ciudad por sus múltiples beneficios.
Además estas mecánicas incorporan un sistema de desactivación automática de dos cilindros cuando la carga del motor lo permite. Esto implica mejoras en consumo. Mazda asegura que se recorta en 0,6 litros cada 100 kilómetros.
La oferta en gasolina SKYACTIV-G sigue tal cual a nivel de potencia. La versión de acceso apuesta por un bloque 2.0 que rinde 165 CV, asociado a un cambio manual o automático, ambos de 6 velocidades, y a la tracción delantera.
Por encima se sitúa un 2.5 litros, también de cuatro cilindros en línea, con 194 CV y una leve mejora del par máximo hasta los 263 Nm. En este caso sólo se combina con la transmisión automática y la tracción puede ser delantera o total.
En ambos casos se trata de motores atmosféricos muy agradables y progresivos, que gozan de un aceptable rendimiento siempre y cuando los llevemos altos de vueltas (en torno a las 4.000 rpm). La versión de acceso alcanza los 201 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 10,7 segundos (10,2 con caja AT) y el consumo medio se establece ahora en 6,5 litros. La variante con 194 CV llega a los 195 km/h, en 9,2 segundos cubre el 0-100 km/h y consume 7,2 litros de media.
Sin cambios en los motores diésel del Mazda CX-5
No hay cambios en las eficientes motorizaciones diésel. En este caso sí que están turboalimentadas, comparten un bloque de 2.2 litros también de cuatro cilindros y ofrecen 150 y 184 CV, respectivamente. La primera con caja manual de 6 relaciones y tracción delantera, y la más solvente con caja manual o automática y tracción delantera o total.
El rendimiento de estos motores es superior y el consumo más bajo, desde 5,6 litros de media la versión de 150 CV, y de 6,1 litros la más potente. Por eso estamos de acuerdo con Mazda en que todas las tecnologías son compatibles actualmente. El diésel sigue mostrándose intratable en consumo cuando se realizan largos desplazamientos.
Otro punto de leve mejora se ha producido en la transmisión automática. Se ha optimizado el escalonamiento entre marchas y resulta algo más rápida en su funcionamiento. Asimismo se ha optimizado el tacto del pedal del acelerador.
La seguridad es otro de los puntos fuertes del renovado CX-5. Reunidas bajo la denominación i-Activsense, ahora cuenta con un nuevo asistente de tráfico y velocidad de crucero (CTS) que reduce el esfuerzo del conductor en condiciones de tráfico intenso. Además han evolucionado los Faros Smart Full LED adaptativos (ALH), para identificar con mayor antelación curvas y peatones durante la conducción nocturna.
Nuevos perfiles de conducción
También es nuevo el selector Mazda Intelligent Drive (Mi-Drive) del asistente de conducción, incluido en las versiones de gasolina con cambio automático. Se añade un perfil Sport y otro Offroad para las variantes con tracción total.
Tuvimos una ligera toma de contacto con la versión de acceso en gasolina de 165 CV y cambio manual. Este último es una gozada por su precisión y rapidez, una máxima en Mazda. Otra es seguir apostando por bloques atmosféricos cuando hablamos de gasolina.
En condiciones normales de uso diario resulta muy agradable por su progresividad y refinamiento. El problema es que a la mínima demanda de potencia o par, si el motor no va alegre de vueltas, no tendremos una respuesta adecuada. Más bien al contrario. Y eso obliga a tener que reducir más de la cuenta para incrementar el régimen de giro del motor. Y eso ocurre tanto en adelantamientos como al mínimo repecho que nos encontremos.
En cualquier caso el tacto de la dirección, del cambio y de los frenos convence. Si somos de paladar fino notaremos un mayor refinamiento al iniciar la marcha debido al trabajo del sistema mild hybrid de 24V, aunque el aporte eléctrico jamás moverá por si solo el vehículo. Dinámicamente el Mazda CX-5 también se sitúa en la media alta del segmento por su equilibrio y agilidad.
Precios del nuevo Mazda CX-5
El renovado Mazda CX-5 ya se puede adquirir, aunque las primeras unidades se harán esperar unos meses. La gama está disponible con las líneas Center-Line Plus, Advantage y Exclusive Line, que se combinan con las versiones especiales Newground, Homura y Signature. Estos son sus precios de partida PVP:
CX-5 SKYACTIV-G 165 CV MHEV 33.607 euros.
CX-5 SKYACTIV-G 194 CV MHEV 39.507 euros.
CX-5 SKYACTIV-D 2.2 150 CV 36.607 euros.
CX-5 SKYACTIV-D 2.2 184 CV 40.507 euros.
La diferencia entre el cambio manual y la caja automática en las versiones de gasolina es de 2.400 euros y el incremento de precio entre las variantes con tracción delantera y total es de 3.000 euros.