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Ford Ecosport 1.0 Ecoboost 140 CV ST-Line. Espíritu deportivo

Quizás no se aprecie a simple vista, pero la renovación del Ford EcoSport es más profunda de lo que parece. Y le ha sentado de miedo, porque se trata de un vehículo muy agradable de conducir, mejor hecho y apoyado en un mayor aporte tecnológico, destacando especialmente la llegada de la tracción total.

En este caso nos hemos decantado por la variante más deportiva de la gama, que monta el conocido propulsor 1.0 EcoBoost tricilíndrico y eroga 140 CV, el más potente de todos. Y lo acompañamos con el muy aparente acabado ST-Line, nuevo en este modelo.

El EcoSport quizás sea el SUV 'más SUV' de su segmento. La prueba es que si nos situamos al lado de muchos de sus rivales nos encontraremos en un plano más elevado. Esto tiene dos lecturas: por una lado mejora la visibilidad y evita contratiempos con obstáculos urbanos como aceras o baches, pero por otro se muestra bastante más sensible al viento fuerte, sobre todo cuando sopla lateralmente.

Vamos con el motor. Gestionado por una cambio manual de seis relaciones, nos gusta su rendimiento en general, más en aceleraciones que a la hora de recuperar, operación ésta en la que se ve penalizado por unos desarrollos del cambio largos. Por eso no conviene dejarlo caer por debajo de las 4.000 revoluciones si queremos obtener una reacción contundente al pisar el acelerador.

Me gusta tanto el tacto de la dirección como el de la palanca del cambio, y el conjunto va más 'asentado' debido a las mejoras introducidas en el chasis. Además, la línea ST-Line se traduce en una suspensión más deportiva que 'sujeta' mejor la carrocería. También suman los generosos neumáticos 215/45 R 18 que montaba nuestra unidad en opción.

Su dinámica es más estable de lo que a priori pueda parecer, con cambios de apoyo limpios y sin sobresaltos; aunque, a la mínima, la electrónica entra en acción para concluir con la diversión. Y mención aparte para los frenos, con unos registros de distancias similares a una berlina del segmento B a baja velocidad -13,6 metros desde 60 km/h-, y algo superiores si la incrementamos: 54,3 metros para detenerse por completo desde 120 km/h.

También el consumo parece tener una doble personalidad. Si nos tomamos las cosas con calma será complicado superar los 6,0 litros; pero si nos animamos, será difícil bajar de los 10 l/100 km. En nuestra prueba, no obstante, la media ha sido de 7,6 litros.

Nos queda por analizar el interior. El salto cualitativo es evidente, y ahora va más en la línea del nuevo Fiesta, con una generosa pantalla táctil flotante de 6,5 pulgadas que ha provocado la desaparición de casi todos los mandos. Es algo más largo, pero no más habitable, aunque sí haya crecido el maletero hasta los 335 litros. Y el EcoSport sigue apostando por la apertura lateral del enorme portón trasero.

Nada que objetar a la dotación de serie o a los detalles estéticos del acabado ST-Line, el más completo y estiloso de la familia.

LA CLAVE

El Ford EcoSport ha ido madurando a lo largo de estos años, hasta convertirse en un vehículo que ofrece un tacto general muy agradable en el uso diario. Además, se remata con mayor esmero, ofrece una dinámica muy ágil y se puede pasar un buen rato con los 140 CV del motor 1.0 EcoBoost y el chasis ST-Line.