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Audi A4 2.0 TDI 190 S-tronic. El algodón no engaña

Aunque ya se han vendido 12 millones de unidades del sedán de tamaño medio de Audi, el A4 no es el modelo más exitoso de la marca alemana ni en España, donde se venden más unidades del A3 y del A1 que de la berlina; ni en Europa, donde en 2014, el A3 superó al A4 en casi 75.000 unidades. Sin embargo el A4 actual es líder de ventas netas en su segmento en lo que va de año y como modelo tiene una gran importancia estratégica dentro de la marca porque la mitad de su clientela pertenece al estrato ejecutivo de cargos medios en grandes empresas y, sobre todo, porque la mayoría de ellos son líderes de opinión que pueden ejercer su influencia entre importantes grupos de compradores.

En definitiva, el Audi A4 es un escaparate que puede atraer muchas miradas y empujar a muchos compradores al concesionario a comprar éste u otros modelos de Audi. Y sólo así se entiende que la marca alemana haya puesto tanto empeño en construir el mejor A4 de todos los tiempos. Un modelo que aunque a simple vista parezca mentira, ha recibido un 90 por ciento de piezas nuevas respecto al anterior. Y lo de «aunque parezca mentira» viene a cuento de la gran similitud entre el actual y el nuevo A4.

A este respecto, todavía recuerdo la acalorada respuesta de Walter de'Silva, el jefe de diseño del Grupo Volkswagen, el día que, hace unos cinco años, le dije que todos los Audi se parecían demasiado. Por resumir, el certero diseñador italiano me vino a decir que dentro del casi obligado aire de familia que tiene que tener todo modelo, cada Audi tenía su propia personalidad, pero que no obstante no tardaría mucho en notar cambios importantes. Estaba claro que hablaba del diseño de los faros, y sobre todo de las evidentes diferencias que establecen la caprichosos diseños de los leds de luz día entro todos los modelos de la gama Audi.

Mejora al actual A4 en todo

Independientemente del diseño, un charco del que a veces resulta complicado salir en una discusión de amigos, lo cierto es que el A4 ya era un gran coche. Calidad general, buenas maneras sobre el asfalto, agrado de uso… Parecía difícil cuando no imposible progresar más todavía en aspectos como los niveles de terminación, el aplomo, las prestaciones o los consumos. Pero Audi ha conseguido mejorar todo o casi todo en la última berlina alemana. La aerodinámica, el peso, la sonoridad, el consumo, el espacio interior, la dotación de seguridad, la precisión de algunos elementos mecánicos, la conectividad, el comportamiento… Por ejemplo, reducir el Cx aerodinámico de cualquier modelo no es difícil, es lo siguiente. Y lograr el mejor dato del segmento y el segundo mejor dato del mundo es un logro increíble. Pero con un Cx de 0,23 -ver recuadro- el nuevo A4 lo ha conseguido. Y se nota.

Nuestro bolsillo lo nota en el consumo y nuestros oídos en la sonoridad. El trabajo de aeroacústica es ejemplar. Una lucha de las fuerzas aerodinámicas interactuando con fronteras sólidas que ha dado como vencedor a una berlina que mejora notablemente la sonoridad interior de sus rivales situándose al nivel de nada menos que un Audi A8. Pero la excelente aerodinámica se ha visto apoyada por la gran rigidez torsional de una nueva plataforma MLB Evo, por unos soportes de motor de dureza variable, por un sistema de sellado de puertas que tiene que ser la repera porque incluso Audi lo cataloga de complejo y por un parabrisas con un aislamiento acústico de serie solo comparable al utilizado en segmentos superiores. El resultado es sorprendente y los datos del sonómetro, espectaculares.

La reducción de peso también ha ayudado a conseguir mejoras importantes porque nuestro protagonista, con el motor 2.0 TDI de 190 caballos y cambio S tronic de doble embrague, 7 marchas y una rapidez y suavidad de funcionamiento asombrosa, pesa 95 kilos menos que el A4 anterior de la misma potencia pero dotado de un cambio automático Multitronic de 8 marchas y variación continua, mucho menos eficaz.

Con la contundencia de un deportivo

Lo cierto es que la mayor ligereza junto al tándem TDI 190-S tronic, resulta definitivo porque el motor empuja con la contundencia de un deportivo -acelera de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos-, el S tronic es rapidísimo pero efectúa los cambios con la suavidad y comodidad de una berlina de lujo y con la posibilidad de efectuarlos con las levas del volante de serie, y el consumo nunca se convierte en un quebradero de cabeza. De hecho esta versión, que también disfruta del modo 'Efficiency' gasta casi medio litro menos que el modelo al que sustituye y salvo que realicemos una conducción muy dinámica -pero mucho-, los seis litros cada 100 kilómetros de media serán nuestra cifra de referencia. Las emisiones por su parte no tienen que preocupar a los futuros clientes ya que este motor cumple la exigente normativa Euro VI con una reducción significativa de dichas emisiones gracias a la recirculación de gases de escape, y a un tratamiento en varias etapas, que incluye un catalizador selectivo de reducción y add blue.

El nuevo chasis del A4 comprende nuevos ejes de cinco brazos y soluciones muy eficaces para conseguir gran confort junto a un alto grado de agilidad. Así lo demostró el A4 con suspensión 'normal' que probamos hace unas semanas en Italia, con un comportamiento idóneo para un tipo de conductor exigente pero cuya prioridad no es precisamente trazar curvas todo el día. Sin embargo, nuestra unidad de pruebas iba provista de suspensión con amortiguadores ajustables CDC -1.150 euros- de nuevo desarrollo con válvulas controladas electromagnéticamente. Esta suspensión, que se regula mediante el 'drive select' de serie, va aparejada en su modo 'confort' a una altura de la carrocería 10 mm más baja y en modo 'Dynamic' a una altura 23 mm menor. Es un equipamiento muy recomendable para los que no se conforman con el buen compromiso de la suspensión de serie y buscan un 'setup' específico para cada ocasión porque su ritmo puede llegar a ser muy vivo. El resultado es que se puede llevar a la familia de paseo con una amortiguación mullida y mimosa que les gustará, o ir a ver un rally con los amigos y dejarles con la boca abierta cuando comprueben que esa berlina aparentemente inofensiva le puede sacar los colores a más de un deportivo de raza en una carretera revirada.

Más espacio en el interior

Salvo en altura, que sigue siendo la más baja del segmento premium, el nuevo A4 crece en todas sus cotas. Poco, pero crece lo suficiente como para ganar algo de espacio en las plazas traseras. Son en concreto alrededor de 23 mm los que permiten que un adulto se acomode mejor. Mantiene, eso sí, la capacidad del maletero en unos buenos 480 litros, aunque sorprende que en la versión básica el equipamiento de serie proponga un respaldo fijo sin partición ni posibilidad de abatirse, aunque eso sí, cuenta con componentes de magnesio para aligerar. Parece ser que no todo el mundo es partidario de ese sistema que nosotros vemos muy práctico.

El techo del maletero no va forrado -mal habitual de todos en el segmento- y en la versión básica se echan en falta algunos detalles de equipamiento como los sensores de lluvia y luz, por no decir que el único color sin cargo es el negro. Sin embargo sería injusto hablar de calidad justa o equipamiento pobre. El nuevo A4 está construido a conciencia y con una gran calidad que se aprecia en cada detalle.

Y la versión de acceso incluye de serie sistemas caros como los faros de xenón plus, el sistema de infoentretenimiento, el climatizador bizona o una dotación de seguridad que comprende el freno multicolisión, el detector de fatiga o el Audi Presense City hasta 85 km/h. Y a base de talonario el A4 puede llevar hasta 30 sistemas de asistencia, los mismos que estrenó el Q7, incluido un asistente predictivo de eficiencia que parece de ciencia ficción.