Septiembre marca la vuelta a la rutina. Libros nuevos, mochilas cargadas, desayunos contrarreloj… y, cómo no, el regreso de uno de los grandes protagonistas en estas fechas: los atascos. La vuelta de los niños a clase coincide con los conductores al volante en las mismas franjas horarias, creando una tormenta perfecta en las carreteras y calles de nuestras ciudades.
Las estadísticas lo confirman: a primera hora de la mañana y al final de la tarde, la densidad de tráfico se multiplica. Las prisas y la falta de planificación hacen que llevar a los peques al colegio y después correr hacia el trabajo se convierta en una auténtica carrera de obstáculos. Por suerte, hay soluciones prácticas para mitigar estos embotellamientos diarios y devolver la calma a tu jornada.
4Opta por rutas alternativas y menos transitadas

La rutina nos lleva a repetir siempre el mismo camino, aunque no siempre sea el más rápido. Aquí es donde conviene abrir la mente y explorar opciones diferentes. A veces una carretera secundaria o un barrio paralelo, menos saturado, pueden ahorrarte un buen tramo de caravanas.
Muchas aplicaciones de navegación ofrecen rutas alternativas que no solo calculan la distancia, sino también la fluidez de la circulación en tiempo real. Darte la oportunidad de probarlas puede sorprenderte: quizá el recorrido sea un par de kilómetros más largo, pero si te evita un atasco, habrás ganado en tiempo y en tranquilidad.