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Volvo recurre a los crash test extremos con el objetivo de salvar vidas

Volvo es una marca comprometida con la seguridad de sus vehículos desde el comienzo. Pionera en la introducción del cinturón de tres puntos de anclaje, quiere seguir estando en vanguardia y por eso ha comenzado a realizar crash test extremos con sus vehículos nuevos dejándolos caer desde una grúa a una altura de 30 metros. Lo ha hecho para ayudar a los equipos de rescate a conocer mejor cómo queda un coche tras un choque a alta velocidad.

Los especialistas en extracción de víctimas de accidentes del centro de seguridad de Volvo suelen utilizar vehículos que han sufrido un accidente para perfeccionar sus habilidades. Lanzando sus vehículos a gran altura, Volvo ha conseguido recrear las fuerzas que se producen dentro de un coche que ha sufrido un impacto extremo (accidentes de un solo vehículo a velocidad muy alta, siniestros en los que un vehículo choca contra un camión a gran velocidad, etc.) y que no pueden reproducirse en los crash test habituales, realizados a velocidades inferiores.

Resultados accesibles para todos

En un choque a alta velocidad, lo más probable es que el estado de los ocupantes del vehículo sea crítico y es preciso liberar a las víctimas en un plazo de 60 minutos para que puedan tener posibilidades de sobrevivir. Habitualmente, los equipos de rescate practican con vehículos de desguace, que suelen tener años de antigüedad y no responden a una situación real. Estos ensayos extremos de Volvo permiten a los especialistas familiarizarse con los daños producidos en modelos recientes, con una estructura del habitáculo de seguridad y una resistencia del acero diferente a la que tienen los coches antiguos.

Volvo colabora estrechamente con los servicios de rescate suecos desde hace años, pero es la primera vez que ha dejado caer sus vehículos desde una grúa. Los resultados de estas pruebas de choque serán puestos a disposición del personal de rescate de todo el mundo de forma gratuita.