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La velocidad exacta a la que saltan los radares de la DGT

En un mundo cada vez más digitalizado, donde nuestra vida cotidiana está regida por todo tipo de dispositivos tecnológicos, la seguridad vial no es excepción. En España, la Dirección General de Tráfico (DGT) despliega una extensa red de radares para monitorizar la velocidad de los vehículos. Y es justo en este punto donde nos detenemos, ya que, aunque la tolerancia de los radares puede ser un misterio para muchos, hoy arrojamos luz sobre la exacta velocidad donde estos dispositivos saltan para imponer las correspondientes sanciones.

Abordaremos tanto la normativa vigente como algunos ejemplos de cómo la tecnología aplicada a la seguridad vial es capaz de moderar la velocidad a la que circulamos, un factor clave para prevenir accidentes. Es, por tanto, de gran interés para todos los conductores tener este conocimiento para conducir de forma responsable y evitar multas indeseadas.

LOS RADARES DE LA DGT: ¿CÓMO FUNCIONAN?

LOS RADARES DE LA DGT: ¿CÓMO FUNCIONAN?

Los radares de tráfico son dispositivos electrónicos diseñados para detectar la velocidad de los vehículos. En España, la DGT equipa las carreteras con diferentes tipos de radares: fijos, móviles, de tramo, y de helicóptero. La tecnología detrás de ellos se basa principalmente en sistemas de ondas radar o cámaras dotadas de sistemas de reconocimiento de matrículas.

La función principal de estos radares es controlar que se respeten los límites de velocidad establecidos, y en caso contrario, registrar las infracciones. Los radares fijos son visibles y su ubicación es pública; se encuentran anclados en puntos estratégicos. Los móviles, sin embargo, pueden ubicarse en vehículos de la Guardia Civil y su localización no es fija. Los de tramo calculan la velocidad media en un segmento determinado de carretera, y los de helicóptero, conocidos como Pegasus, operan desde el aire con tecnología avanzada.

EL UMBRAL DE SANCIONES: CIFRAS CLAVES

La pregunta del millón: ¿a qué velocidad saltan realmente los radares? La DGT ha establecido unos márgenes de tolerancia para sus sistemas de detección. No obstante, es importante recalcar que, aunque exista un margen, el límite de velocidad se debe respetar siempre sin excepciones. Para los radares fijos, suele aplicarse un margen de error del 5% a partir de los 100 km/h y de 5 km/h por debajo de esa velocidad.

Esto significa que si en una vía el límite es de 120 km/h, el radar podría no sancionar hasta que el vehículo no supere los 126 km/h (120 km/h más el 5%). En cuanto a los radares móviles, su margen es mayor: un 7%, lo que implicaría que no saltarían hasta rebasar los 128 km/h en el mismo escenario. Claro está, estos valores son aproximados y pueden variar dependiendo de políticas specificas o actualizaciones tecnológicas.

PREVENCIÓN Y CONSECUENCIAS: NO ES SÓLO CUESTIÓN DE MULTAS

PREVENCIÓN Y CONSECUENCIAS: NO ES SÓLO CUESTIÓN DE MULTAS

Más allá de la sanción económica que pueda suponer sobrepasar los límites de velocidad detectados por los radares, el verdadero propósito de esta medida es fomentar una conducción responsable para disminuir la siniestralidad. Está demostrado que, a mayor velocidad, mayor es el riesgo de accidentes graves. Los radares funcionan como un elemento disuasorio y de concienciación sobre los riesgos de no respetar los límites.

En el caso de los radares de tramo, la vigilancia de la velocidad media pretende asegurar un flujo uniforme y una velocidad más constante. Las consecuencias de no atender a estos límites van más allá de lo económico, ya que además se traducen en un incremento de los puntos detraídos del carnet de conducir, y lo que es más importante, en un aumento del riesgo de causar daño propio o a terceros. Recordemos que la prudencia al volante no sólo nos salva de multas, sino que puede salvar vidas.

En conclusión, comprender el funcionamiento y los límites de la tecnología de radares de la DGT es esencial para una conducción segura y conforme a la ley. Respetar los límites de velocidad no sólo ayuda a evitar multas, sino que es una parte crucial para asegurar nuestro bienestar y el de los demás usuarios de la vía. En definitiva, al volante, la prevención es la mejor herramienta que tenemos.

LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN Y EL MANTENIMIENTO DEL VEHÍCULO

Además del sistema de radares, la DGT aplica medidas preventivas como las señales anunciadoras de su presencia. Esta estrategia no solo aumenta la atención del conductor, sino que también promueve una ralentización del tráfico que reduce los incidentes. Estudios han demostrado que la mera señalización de un radar próximo puede tener un efecto inmediato de reducción de la velocidad media en un tramo específico.

La prevención se extiende también al mantenimiento del vehículo, donde una correcta ITV asegura que los sistemas de seguridad funcionen adecuadamente y los neumáticos estén en condiciones óptimas para reaccionar correctamente ante la necesidad de una frenada súbita, factor que adquiere gran relevancia en casos donde el radar captase un exceso de velocidad.

Un aspecto esencial en la seguridad vial es la educación. La DGT realiza numerosas campañas de concienciación sobre los peligros del exceso de velocidad, mostrando las trágicas consecuencias de los accidentes de tráfico. Estas campañas suelen intensificarse en periodos de alta movilidad, como vacaciones o festivos, y tienen un impacto significativo en la percepción del riesgo por parte de los conductores. La combinación de educación y regulación, junto a los dispositivos tecnológicos, busca crear un círculo virtuoso donde la sensibilización preceda a la sanción, fomentando así una cultura de respeto y prudencia en la carretera.

DIVERSIFICACIÓN DE DISPOSITIVOS Y FUTURO DE LA VIGILANCIA VIAL

DIVERSIFICACIÓN DE DISPOSITIVOS Y FUTURO DE LA VIGILANCIA VIAL

En el horizonte de la vigilancia vial, se avizoran avances importantes. La DGT investiga en la implementación de tecnologías más avanzadas, como el uso de drones para la vigilancia en zonas de difícil acceso o para eventos puntuales con un gran flujo de vehículos. Las implicaciones de estas nuevas herramientas son amplias, desde la optimización de recursos hasta la capacidad de cobertura en tiempo real de las condiciones de tránsito.

Además, el desarrollo de sistemas inteligentes de transporte podría integrarse en el mediano plazo, favoreciendo la interacción entre la carretera y los usuarios a través de datos compartidos y advertencias de tráfico en tiempo real.

Como es evidente, la velocidad a la que saltan los radares es solo un aspecto de una estrategia más amplia que busca la seguridad y la concienciación vial por parte de la DGT. Entender el contexto completo es esencial para una conducción consciente y segura. El compromiso por parte de todos los actores de la vía, desde la DGT, pasando por los cuerpos de seguridad como la Guardia Civil y llegando a cada conductor, es lo que eventualmente reducirá los accidentes y salvará vidas.