Y ¿por que no?. Intentar engañar al alcoholímetro, prestando toda la fiabilidad posible a los trucos mas extendidos en la leyenda urbana, es una actitud muy común entre los conductores mas sagaces, engreídos e imprudentes. En muchas ocasiones hasta resulta cómico para los abnegados agentes de trafico.
7No te engañes, las trampas salen en el alcoholímetro

Y por descontado, no soples despacio, en el alcoholímetro por supuesto. Esto, muy practicado pudiera costarte directamente un juicio rápido, ya que los agentes de trafico pueden observar una actitud de negativa a la realización de las pruebas de diagnostico, y es delito. Por no mencionar que los aparatos, soples deprisa o despacio, detectan el alcohol, pero su fiabilidad necesita de una velocidad y cantidad de aire constantes, ¿te vas a arriesgar?.
Después de todo, resulta mucho mas fácil, no conducir si has bebido o admitir tu responsabilidad, dando gracias de que no has tenido accidentes y consecuencias que lamentar, antes que intentar engañar al alcoholímetro y a ti mismo, pues ya que si lo consigues, te habrás creado un precedente sobre el que seguir aceptando esta actitud de riesgo que puede tarde o temprano salirte mas caro que la propia fiesta.