Las carreteras españolas tienen muchos más ojos de los que crees, y la Dirección General de Tráfico (DGT), también. De hecho, en 2023 ingresaron más de 500 millones de euros solo por multas, pero lo que ya no te va a servir es la típica excusa de echarle la culpa al abuelo, y cargarle a él la retirada de puntos.
Es un truco que lleva años haciéndole: cometer una infracción y echarle la culpa a otro conductor, normalmente un amigo o familiar, para no perder puntos. Y lo más habitual es que termine siendo el abuelo, que seguramente tenga todos los puntos en su carnet y tampoco le suponga demasiado perder unos cuantos, sobre todo si ya es mayor y casi no coge el coche.
Pero lo que durante muchos años ha sido el truco que ha salvado a muchos de no terminar sin carnet durante una temporada, a la DGT ya no le sirve. Es cierto que Tráfico no siempre puede saber quién es la persona que estaba al volante, pero si te pillan te van a poner una buena multa.
¿En qué consiste esta trampa?

Cuando la DGT detecta una infracción de tráfico —supongamos que por exceso de velocidad—, envía la multa al titular del vehículo acompañada de una foto en la que se puede reconocer claramente el coche y la matrícula. Hasta aquí, todo en orden. Pero si el titular no era quien conducía, debe identificar al infractor. Esta es la diferenciación que hace dicho organismo:
- Para infracciones leves y graves sin pérdida de puntos, es voluntario que identifiques al conductor y si pagas la multa, se entenderá que eras tú el conductor.
- En caso de infracciones graves o muy graves, con puntos, es obligatorio identificar al conductor, aunque seas tú mismo. Si no lo haces, se considera una infracción muy grave que puede duplicar el importe de la sanción y no podrás beneficiarte de la reducción del 50% por pronto pago. Pero no identificar al conductor no conlleva pérdida de puntos.
En este punto, muchos tiran de agenda y optan por adjudicar la infracción al abuelo o a la abuela con carnet de conducir. En muchos casos, es alguien que ya no conduce o lo hace poco, tiene puntos de sobra y no le importa perderlos. Así que adopta una actitud ‘generosa’ con sus nietos.
Para la DGT es suficiente con que un conductor reconozca que ha cometido la infracción. Y como las imágenes de los radares normalmente no permiten identificar claramente al conductor, aquí hay un agujero legal que durante décadas han aprovechado muchísimos conductores. Los abuelos tampoco suelen poner demasiado problema, porque no supone nada en su día a día y muchos incluso han dejado ya de conducir.
Pero en realidad sí que hay un ‘problema’, porque estamos hablando de un delito de falsedad documental que puede llevar a procesos judiciales y hasta a penas de cárcel si se demuestra la intencionalidad del engaño.
La respuesta de la DGT a la trampa

Aunque pienses que sí, pero la DGT no es ajena a esta trampa que hacen tantísimos conductores. De hecho, lleva años intentando atajar ese resquicio que permite a los conductores eludir responsabilidades por sus sanciones. Una de las principales medidas que están estudiando es mejorar los sistemas de identificación, porque las cámaras actuales no siempre permiten ver con claridad la identidad del conductor.
Ya están probando otros sistemas de reconocimiento facial, Inteligencia Artificial y de alta resolución para evitar errores (y engaños) a la hora de atribuir una infracción a un conductor. Y también están trabajando para identificar patrones fraudulentos y que, por ejemplo, una misma persona mayor cometa varias infracciones en un corto periodo de tiempo.