El mundo del motor ya no se entiende sin la tecnología, la IA, las tablets, la realidad aumentada… Lo que hace apenas dos décadas era un terreno donde lo máximo en innovación pasaba por un navegador integrado o una radio con CD, hoy se ha convertido en un auténtico escaparate de avances digitales. La conectividad, la inteligencia artificial y la integración con el ecosistema móvil forman parte indispensable de la experiencia de conducción. Y en este contexto, la última sorpresa viene de la mano de BYD, el fabricante chino de vehículos eléctricos que ha decidido dar un paso inesperado: fabricar su propia tablet.
No se trata de un accesorio cualquiera ni de un simple capricho tecnológico. Esta tablet ha sido diseñada para funcionar de forma conjunta con su nuevo SUV híbrido, el Tai 7, bajo la marca Fang Cheng Bao. Con este movimiento, BYD no solo se refuerza como fabricante de coches, sino que da un salto hacia la electrónica de consumo con una visión clara: controlar cada aspecto de la experiencia de usuario, desde las baterías hasta las pantallas. La pregunta ya no es si un coche puede llevar una tablet integrada, sino si una tablet puede ser parte esencial del coche.
2Un diseño pensado para adaptarse: desmontable y multifunción

La primera imagen que se ha compartido de la tablet muestra un diseño curioso: es desmontable, al estilo del Pixel Tablet de Google. Es decir, se puede acoplar a un soporte dentro del coche y usarse como pantalla central, pero también retirarse para funcionar como una tablet independiente. Esto ofrece múltiples posibilidades, desde continuar una videollamada iniciada en el coche hasta planificar una ruta en casa y luego llevarla directamente al salpicadero del SUV.
BYD ha confirmado que la tablet contará con colaboración entre pantallas: la información podrá moverse fácilmente entre la pantalla principal del vehículo y la tablet. Además, dispondrá de modos específicos según el uso: conducción, entretenimiento, trabajo o incluso gaming. De esta manera, se convierte en un dispositivo polivalente que refuerza la idea de que el coche ya no es solo un medio de transporte, sino un espacio tecnológico donde pasamos mucho tiempo y que debe adaptarse a nuestras necesidades.