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domingo, 7 septiembre 2025

El sistema que impide arrancar tu coche si vas ebrio ya es cosa de políticos

La lucha contra la conducción de los coches en estado de ebriedad está a punto de entrar en una nueva fase, y esta vez los protagonistas no son solo los cuerpos de seguridad, sino también los políticos y los ingenieros. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) está impulsando una tecnología innovadora que busca impedir que los conductores ebrios arranquen sus vehículos. Este avance podría salvar miles de vidas, pero también enfrenta importantes desafíos en su implementación, como las preocupaciones sobre la privacidad y los falsos positivos.

La fecha clave para esta iniciativa es el 15 de noviembre, cuando la NHTSA deberá establecer las reglas definitivas que regirán estos sistemas de seguridad. Esta obligación surgió en 2021, cuando se aprobó una ley que requiere que la agencia establezca un estándar para que los fabricantes de automóviles puedan cumplir con la normativa. En esencia, la tecnología en desarrollo inhabilitará los vehículos cuando detecte que el conductor está bajo los efectos del alcohol, evitando que alguien en estado de ebriedad pueda arrancar y conducir.

Las distintas propuestas para el sistema que impide arrancar el coche estando ebrio

Las distintas propuestas para el sistema que impide arrancar el coche estando ebrio

Sin embargo, hacer realidad esta tecnología a gran escala no es tarea fácil. Los distintos desarrolladores han propuesto diferentes enfoques. Una de las propuestas más discutidas involucra un sistema pasivo que evalúa el aliento del conductor y, si detecta anomalías, solicita una prueba secundaria, como un examen ocular. La idea es que el proceso sea lo menos invasivo posible para el conductor, permitiendo la activación de alertas o exámenes adicionales solo si se detecta un problema potencial.

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El sistema que finalmente reciba la aprobación de la NHTSA deberá ser, desde el principio, pasivo para el conductor. Es decir, no se requerirán acciones adicionales como soplar en un alcoholímetro antes de arrancar el coche. Solo si se activa una advertencia, el conductor deberá realizar una prueba secundaria para confirmar que está en condiciones de conducir. Aunque la fecha límite está a la vuelta de la esquina, la NHTSA cuenta con un plan de contingencia: si no se logran las reglas definitivas antes del 15 de noviembre, la agencia podrá continuar trabajando en ellas hasta un máximo de diez años.

Las dudas que surgen respecto al sistema que impide arrancar el coche en caso de ebriedad

Las dudas que surgen respecto al sistema que impide arrancar el coche en caso de ebriedad

A pesar de las buenas intenciones detrás de esta tecnología, surgen muchas dudas sobre su eficacia y fiabilidad. Uno de los principales temores es la posibilidad de falsos positivos, es decir, que el sistema detecte incorrectamente que el conductor está ebrio cuando en realidad no lo está. ¿Cómo se manejarán estos errores? ¿Tendrá el conductor la capacidad de anular el sistema mencionado para los coches en caso de que haya un fallo? Estas son cuestiones importantes que aún necesitan respuestas claras antes de que la tecnología sea implementada de manera generalizada.

Además, la preocupación por la privacidad también es un tema crítico. En los últimos años, los fabricantes de coches han mostrado interés en recopilar datos de los conductores, y existe el temor de que esta nueva tecnología sea otra puerta de entrada para la obtención de información sensible. Por ejemplo, ¿qué sucederá si los datos sobre un intento de conducir en estado de ebriedad son compartidos con terceros, como las compañías de seguros? La posibilidad de que esta información influya en las tarifas o en la cobertura de un seguro plantea serios interrogantes sobre los derechos de los conductores y el manejo de sus datos personales.

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