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Rolls-Royce Landspeed Collection. Unos Wraith y Dawn realmente especiales

El departamento de personalización Bespoke de la firma de Goodwood vuelve a rizar el rizo con su última creación, bautizada con el nombre de Landspeed Collection y que nacen sobre la base de sus impresionantes Rolls-Royce Wraith Black Badge y Rolls-Royce Dawn Black Badge. Como no podía ser de otra manera, esta edición especial cuenta con detalles que los permiten sobresalir por encima de otras creaciones, sin pasar por alto que solo se ensamblarán 35 unidades del Wraith y 25 unidades del Dawn.

Uno de esos detalles que marcan la diferencia es el trabajo de pintura exterior de dos tonos, creados específicamente para estos Landspeed Collection. Combina el color Black Diamond Metallic con un nuevo tono llamado Bonneville Blue. Esta tonalidad cambia de color dependiendo de la incidencia de la luz, pasando de azul claro a casi plateado.

Motor16

No contento con el resultado, Bespoke agrega detalles en color amarillo en diferentes zonas de su carrocería, así como inserciones en negro como tributo al legendario Thunderbolt.

Homenaje al Thunderbolt que en 1938 alcanzó 575,335 km/h

Si su exterior no pasa desapercibido, su interior ha sido personalizado para la ocasión. Tanto que su techo cuenta con el Starlight Headliner (exclusivo para el Wraith) que representa con la máxima precisión el cielo nocturno el 16 de septiembre de 1938, precisamente el día en que George Eyston estableció su tercer y último récord de velocidad en tierra, con una velocidad punta de 357,497 millas por hora (575,335 km/h). Para personalizar ese Starlight Headliner se han empleado 2.117 'estrellas' de fibra óptica que han sido colocadas de forma individual. Y es precisamente la mayor cantidad de 'estrellas' usadas en este sistema por Rolls-Royce.

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Otras características especiales de estos Landspeed Collection son las molduras de madera grabada que presentan una textura agrietada, la cual se inspira en el firme de Salt Flats, además de que se ha representado la silueta del Thunderbolt, así como los récords conseguidos en una pieza de aluminio pulido sobre el túnel central. Entre sus asientos traseros tampoco desentona el contorno de las montañas Silver Island que firman el horizonte del escenario donde se batieron dichos récords.

Y no se puede pasar por alto su exclusivo tapizado en cuero, su volante personalizado o el singular reloj, en el que se plasma la proeza de Eyston.

35 Wraith y 25 Dawn

Precisamente para conseguir esas hazanas, Eyston pilotaba el consagrado Thunderbolt, un bólido que por aquellos entonces (1938) empleaba un par de motores Rolls-Royce R, de los que la firma de Goodwood tan solo fabricó 19 ejemplares. Hablamos de motores provenientes de la industria aeronáutica, tanto que los empleados por el Thunderbolt provenían de un hidroavión que a día de hoy se conserva en el Royal Air Force Museum de Londres. Y se trata de un V12 con nada menos que 37.000 centímetros cúbicos y además, sobrealimentados, capaces de generar 2.000 CV cada uno de ellos.

Tras batir dichos récord de velocidad en tierra, el Thunderbolt fue guardado en un edificio que desafortunadamente en el año 1946 fue destruido en un incendio. Y con él este emblemático bólido que ha inspirado a los chicos de Goodwood para crear esta edición especial que causará furor entre los amantes de la firma británica.