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miércoles, 28 mayo 2025

5 razones para poder anular una multa por exceso de velocidad

Entre la maraña legal y los tediosos trámites administrativos, una multa por exceso de velocidad puede significar para muchos conductores un dolor de cabeza inevitable. Sin embargo, ciertos detalles, muchas veces ignorados, pueden ser la clave para anular dichas sanciones. No todas las multas son inapelables y, efectivamente, existen excepciones y razones legítimas para plantear recurso contra ellas.

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Si recientemente has sido sancionado al volante, conocer estos entresijos puede ser tu salvación para no tener que hacer frente a una penalidad económica o a la pérdida de puntos en tu carnet de conducir.

LA LETRA PEQUEÑA: ERRORES FORMALES

LA LETRA PEQUEÑA: ERRORES FORMALES

La importancia de los detalles puede ser decisiva al recibir una notificación de sanción. En primer lugar, errores formales o de procedimiento en la multa pueden convertirla en nula de pleno derecho. Estos incluyen datos incorrectos o faltantes sobre el conductor o el vehículo, así como la ausencia de una fecha o firma. Si el radar no estaba debidamente señalizado o la notificación no se realizó en los plazos establecidos, estos son también motivos para considerar la nulidad de la sanción.

Las fotografías que acompañan la multa deben ser claras e inequívocas. Si la imagen no permite identificar de manera incontrovertible el vehículo o al conductor infractor, la defensa puede centrarse en la calidad de la prueba gráfica. Además, un detalle no menor es la calibración del radar: los dispositivos utilizados para medir la velocidad deben estar calibrados y revisados periódicamente, y se puede solicitar el certificado correspondiente como prueba durante el proceso de alegación.

MÁS QUE UN NÚMERO EN EL VELOCÍMETRO

No todas las infracciones por exceso de velocidad están cortadas por el mismo patrón. Existe una diferencia crucial entre las zonas urbanas y las interurbanas que se considera al aplicar la sanción. En zonas urbanas, sobrepasar ligeramente el límite puede no ser sancionable debido a los márgenes de error admitidos. Mientras tanto, en carreteras o autopistas, los márgenes suelen ser mayores, pero también lo son las velocidades y, por ende, los posibles riesgos.

La manera en que se calcula la velocidad puede ser otro punto de disputa. El principio del margen de error técnico del radar se establece como un colchón de seguridad para el conductor. Esto significa que no siempre la velocidad captada por el radar será la misma que se utilice para establecer la multa. Si la infracción está en la frontera del margen de error, es factible argumentar que la velocidad real podría estar dentro de los límites legales.

CUANDO LAS SEÑALES FALLAN

COCHE CARRETERA 2 Motor16

La señalización vial tiene un propósito claro: informar y dirigir el flujo vehicular con seguridad. Pero, ¿qué ocurre cuando las señales fallan o son confusas? Una señalización deficiente o incorrecta puede ser un argumento sólido para recurrir una multa. Si las señales de tráfico que indican los límites de velocidad están ocultas, deterioradas o son contradictorias, es razonable cuestionar la validez de la sanción impuesta.

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Además, la existencia de obras en la vía que no estén debidamente señalizadas puede ser causa de anulación de la multa. En tales circunstancias, el conductor podría no estar adecuadamente informado de los cambios temporales en los límites de velocidad. Del mismo modo, la presencia de paneles informativos electrónicos cuyo funcionamiento sea erróneo también puede influir en la decisión de impugnar la sanción recibida.

EL TESTIGO IMPREVISTO: INCONGRUENCIAS EN LA DENUNCIA

Una situación que podría considerarse el talón de Aquiles en la imputación de una multa es la declaración de testigos que desmientan la versión de la autoridad. Si bien es cierto que no siempre se cuenta con testigos presenciales, su testimonio puede ser una herramienta poderosa para refutar una multa por exceso de velocidad, especialmente si proporcionan una versión de los hechos claramente contradictoria con la argumentación de la denuncia.

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Sin embargo, el valor del testimonio de terceros no debe subestimarse, ya que en algunos casos específicos la palabra de un pasajero o de un transeúnte puede ser suficiente para desestabilizar la acusación. Es particularmente relevante si estos testigos pueden aportar pruebas de que los métodos utilizados para detectar el exceso de velocidad fueran cuestionables o si pudieran certificar que la conducción se realizó dentro de los límites legales.

LA BATALLA LEGAL: RECURSOS Y ARGUMENTACIONES

LA BATALLA LEGAL: RECURSOS Y ARGUMENTACIONES

Presentar un recurso contra una multa no es una tarea sencilla, pero está al alcance de cualquier ciudadano con argumentos sólidos y documentación adecuada. El proceso comienza con la presentación de alegaciones ante el mismo órgano que impuso la sanción. Si este recurso se desestima, todavía es posible elevar la queja ante la jurisdicción contencioso-administrativa, donde un juez evaluará el caso.

Además de los ya mencionados errores formales y de calibración, otras líneas de defensa pueden estar relacionadas con la adecuación de la sanción a la infracción cometida, la proporcionalidad de la multa o la existencia de circunstancias atenuantes o de fuerza mayor. En este contexto legalista, es fundamental que el conductor sancionado esté bien informado o asesorado, ya que una buena argumentación puede marcar la diferencia entre perder o recuperar su dinero y sus puntos del carnet.

EDUCACIÓN VIAL: LA CLAVE ESTÁ EN LA PREVENCIÓN

Finalmente, aunque la información sobre cómo impugnar multas es valiosa, es aún más importante poner énfasis en la educación y sensibilización vial. El conocimiento exhaustivo de las normativas y una conducta prudente y responsable al volante disminuyen considerablemente la probabilidad de cometer infracciones y enfrentarse a multas y sanciones.

Las campañas de concienciación, tanto de la DGT como de otras entidades, juegan un papel crucial en este aspecto. Además, la formación continua en materia de seguridad vial es una herramienta esencial para prever y evitar situaciones de riesgo. Es importante recordar que el objetivo final de las normativas de tráfico no es otro que salvaguardar vidas y mantener el orden en nuestras vías.

Al encarar la situación desde un punto de vista preventivo y educativo, es crucial subrayar la importancia de la ITV (Inspección Técnica de Vehículos), cuya finalidad no es solo verificar que nuestro vehículo cumpla con los requisitos técnicos, sino también garantizar que circula en condiciones óptimas para la seguridad propia y de los demás usuarios de la vía. En definitiva, una correcta educación vial es la primera defensa contra las multas y, más importante aún, contra los accidentes de tráfico.

El amplio conocimiento del marco legal, junto con una conducción cautelar, se erigen como nuestros mejores aliados en la carretera. El respeto a las normas y la información veraz no solo nos preparan para afrontar las multas con sagacidad cuando son injustas, sino que también refuerzan nuestra responsabilidad como ciudadanos al volante. Seamos pilotos de nuestra propia seguridad, actuemos con perspicacia y recordemos que la mejor multa es la que se evita.

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