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Probamos el DS 4 E-Tense. La opción perfecta

La versión E-Tense del DS 4 es la que mejor representa la innovación de la que hace gala la marca francesa. Combina, como ya ocurre en el DS 7 Crossback, un motor PureTech de 4 cilindros 180 CV y un motor eléctrico de 110 acoplado a una batería con una capacidad total de 12,4 kWh. Son 225 caballos totales con los se consiguen unas prestaciones muy destacables -acelera de 0 a 100 km/h en 7,7 segundos- y unas gran eficiencia -consume solo 1,3 litros/100 km y es capaz de recorrer 55 kilómetros en modo eléctrico, sin emisiones-.

Está realizado sobre la plataforma EMP2 y representa perfectamente el equilibrio ponderado entre rendimiento y eficiencia. Incluso con un punto más de eficiencia en su comportamiento dinámico que la versión Puretech de 225 caballos del DS 4. Porque el mayor peso de las baterías respecto al modelo de gasolina le da un aplomo que se agradece en carretera; va más asentado sobre el asfalto y transmite más confianza.

Por supuesto cuenta con las ventajas que ofrece la etiqueta 0 de la DGT y con el ahorro que supone -cuando disponemos de un cargador en casa- el uso de la energía eléctrica. La recarga de la batería se puede realizar en siete horas en una toma doméstica y en unos 90 minutos si contamos con un poste de 32 amperios.

Suave y contundente a partes iguales

En el recorrido con el DS 4 E-Tense nos ha llamado la atención esa dualidad en su personalidad. Arrancamos en eléctrico, con total silencio y total suavidad, como en una alfombra mágica. Como en todos los DS, dispone de una función que permite conservar la batería restante para utilizar esa propulsión en el momento que decidamos. Y si no lo hacemos va mezclando los dos motores para tratar de sacar, siempre, el mejor rendimiento. Sin olvidar nunca la suavidad y el confort en marcha.

Esa suavidad se torna carácter cuando pisamos el acelerador con decisión y entran en juego los dos motores y se ponen a trabajar a la vez. Ahí se nota una respuesta más rápida y contundente que con el gasolina Puretech de 225 CV. En ese momento, los adelantamientos son inmediatos, con una sobresaliente capacidad de recuperación.

Y aunque la dirección sigue siendo demasiado suave a nuestro gusto, por su mayor peso y su centro de gravedad más bajo tienes la sensación de mayor aplomo; tiene un tacto más firme que ayuda a coger confianza en muy poco tiempo. Enlaza curvas con cambios de apoyo con total nobleza. Los frenos cumplen con nota y el confort de marcha se mantiene inalterable. Sin duda, el DS 4 E-Tense se convierte en la mejor alternativa para aquellos que no quieren renunciar a nada, ni a las prestaciones, ni al consumo.

Todo esto tiene un precio que, realmente sorprende. Porque la realidad es que las cuentas salen inmediatamente con este E-Tense respecto al DS 4 Puretech de 225 caballos. El DS 4 de combustión está disponible desde 42.800 euros en la versión Performance Line+; y en el mismo acabado el DS 4 E-Tense cuesta 45.750 euros a los que habría que descontar las ayudas del Plan Moves III que dejan la factura prácticamente igualada. Y además, en la gama E-Tense hay otras versiones, con menos equipamiento, que parten de los 38.950 euros del nivel Bastille. Otro argumento para considerar a este DS 4 como la opción perfecta.