La movilidad sostenible lleva ya muchos años en boca de la Dirección General de Tráfico (DGT), pero no es una moda ni una tendencia pasajera, y la prueba está en los peajes que ya tienes que pagar en alguna ciudad solo por circular. De momento, es aislado solo en algunas ciudades, pero pronto podría ser una realidad mucho más evidente.
La Ley de Movilidad Sostenible, que todavía está en tramitación parlamentaria, habilitará legalmente a los municipios a aplicar este tipo de peajes urbanos. Si se aprueba sin grandes cambios, desde 2025 serán las ciudades de más de 50.000 habitantes las que puedan aplicar tarifas por circular. Pero no se quedará ahí. Una segunda fase extendería esta posibilidad a las de más de 20.000.
Ahora mismo, son ya los ayuntamientos los que tienen potestad para delimitar sus propias Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), incluso en un futuro podrán restringir el número de ocupantes por vehículo. Y aunque la DGT no impone como tal el peaje, sí prepara el terreno para su implementación.
El nuevo escenario que plantea la Ley de Movilidad

Para entender qué está pasando con los peajes y la movilidad, hay que remontarse a 2021, cuando se aprobó la Ley de Cambio Climático. Esta norma obligó a los municipios de más de 50.000 habitantes a crear sus ZBE y a limitar la circulación a determinados vehículos según su etiqueta ambiental. Ahora, la Ley de Movilidad Sostenible propone un segundo paso: que esos mismos ayuntamientos puedan cobrar un peaje por circular.
El objetivo es reducir el uso del coche privado en las ciudades, sobre todo en las más congestionadas. La fórmula será la del peaje urbano, un sistema que ya funciona en países como Noruega, Reino Unido o Italia y que ahora llega a España con la etiqueta de sostenible. La idea es que cada ayuntamiento pueda establecer su propia tarifa, aplicarla en zonas concretas y decidir qué vehículos están sujetos a pagarla.
En la primera fase, solo los municipios con más de 50.000 habitantes podrán aplicar estos peajes. Pero si la ley se aprueba con la redacción actual, también podrán hacerlo los de más de 20.000, una vez que se desarrolle la normativa correspondiente. Esto abre la puerta a que decenas de ciudades medianas se sumen a la iniciativa.
¿Pagaremos lo mismo todos? No necesariamente. Algunas ciudades podrían aplicar tarifas según la franja horaria, el nivel de emisiones del vehículo, incluso si se trata de residentes o de visitantes. Lo que sí está claro es que el coche privado, tal y como lo conocemos, será cada vez menos atractivo en términos económicos.
Ciudades que ya han estrenado peajes urbanos (y las que podrían hacerlo)

Madrid y Barcelona son las dos grandes ciudades españolas por excelencia, y tienen todas las papeletas para estrenar los peajes urbanos. Las dos tienen amplias ZBE, bien desarrolladas y con tecnología de control para aplicar tarifas sin necesidad de hacer una gran inversión extra. Además, sus responsables municipales siempre han defendido que los niveles de tráfico y de contaminación justificarían casi cualquier medida.
Sevilla, Zaragoza, Valencia o Bilbao podrían ir detrás, porque tienen una alta densidad y ya han puesto en marcha medidas para restringir el tráfico. Eso sí, hay algunas que ya han empezado a implantar este peaje por su cuenta.
Es el caso de Baleares, pues Ibiza y Menorca cobran ya 1 euro al día a todos los vehículos no matriculados en las islas. Y Mallorca ya ha anunciado su intención de hacerlo en un futuro cercano con el argumento de reducir la presión turística sobre las carreteras locales. El fin último del peaje no es tanto reducir emisiones, sino controlar la saturación de coches que existe por los turistas.