Vaya por delante el hecho de que Nebulus no es ningún preparador de vehículos como los que habitualmente dan nombre a criaturas semejantes, sino un especializado fabricante de ropa deportiva. Sin embargo, esta empresa alemana ha querido plasmar sus brillantes ideas en este impresionante Porsche Cayenne Turbo, el cual sigue los pasos dados hace algún tiempo con un todopoderoso Audi RS7 Sportback que llevaron con la ayuda de los especialistas alemanes HGP-Turbo y 811 Design hasta unos estratosféricos 975 CV de potencia.
Ahora Nebulus se rodea de esos mismos especialistas para desarrollar este Porsche Cayenne Turbo, una verdadera bestia cuyo 4.0 V8 Biturbo ha sido debidamente modificada por el preparador alemán HGP-Turbo, quien ha instalado un nuevo sistema de admisión de aire, dos nuevos turbos de mayor tamaño, además de una nueva gestión electrónica para permitir elevar la potencia de 550 a 962 CV, mientras que su par motor también escala de 770 a 1.250 Nm.
Será mucho más rápido que uno original
Nada se sabe sobre sus nuevas prestaciones, pero queda claro que serán mejores que las originales ofrecidas por el veloz SUV de Zuffenhausen, que presume de poder acelerar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos cuando se equipa con el paquete Sport Chrono opcional (sino son 4,1 segundos), además de que puede alcanzar los 286 km/h de velocidad punta. Si bien, este último dato quedará pulverizado, pues Nebulus ha confirmado que una de las cosas que se ha prescindido en este Cayenne es del limitador de velocidad.
Nebulus no solo se centró en la parte mecánica, sino que cuidó hasta el último detalle de su envoltorio exterior. Comenzaron con un Cayenne Turbo acabado en color blanco, que fue vestido con un vinilo de color negro mate obsidiana. El especialista Hajo Lemke de 811 Design se encargó de crear este diseño en el que se superponen diferentes capas de vinilo también en color rojo rubí para dar una textura especial y contar con diferentes espesores en el exterior de este Cayenne Turbo.
El exterior lo rematan unas pinzas de freno en color amarillo propias de las unidades equipadas con el equipo de frenos carbocerámico, que queda oculto tras unas exclusivas llantas de color rojo brillante cuyo tamaño y fabricante permanecen en el anonimato.