En la narrativa política de España, un humilde Peugeot 407 ha logrado colarse como si fuera un personaje más. No tenía carrocería de competición ni un rugido que hiciera temblar el asfalto. Pero sí sirvió como vehículo de una travesía política que, con el tiempo, terminaría por alterar el rumbo del país.
Matriculado en 2011 y con más de 240.000 kilómetros a sus espaldas, el Peugeot fue el escenario rodante de uno de los capítulos más insólitos de la historia del PSOE. Un episodio de traiciones, lealtades inquebrantables y renacimientos políticos protagonizado por Pedro Sánchez y un cuestionado trío de compañeros de viaje.
3El vehículo fantasma de Pedro Sánchez

El Peugeot, matriculado en 2011, pasó todas sus ITV hasta 2018. En ese año, es justo cuando desaparece del radar político y patrimonial de Pedro Sánchez. El actual presidente del Gobierno nunca más lo volvió a incluir en su declaración de bienes. En un país donde los detalles cuentan, el dato ha llamado poderosamente la atención.
Según los registros de tráfico, el coche fue transferido en 2018 a un vecino de Valdemoro, probablemente un compraventa, que lo tuvo apenas un mes. Luego pasó a manos de otro propietario en Madrid, que lo mantuvo hasta su baja definitiva en 2023. Hoy, ese mítico Peugeot ya no rueda, pero su historia vive en los anales de la política reciente como una pieza de museo sin vitrina.