El cruce de peatones se convierte en un juego de azar donde los más vulnerables, los peatones, se enfrentan constantemente el riesgo de ser atropellados por conductores apresurados. A pesar de las normativas que dictan la prioridad del peatón en los pasos de cebra, la realidad es que muchos conductores hacen caso omiso de esta regla básica de convivencia urbana.
Esta problemática ha llevado a un grupo de activistas, autodenominados Vision Zero, a tomar medidas audaces para llamar la atención sobre la importancia de la seguridad peatonal en la ciudad.
Ladrillos que rebotan en las lunas de los coches
La estrategia adoptada por Vision Zero ha resultado ser tanto impactante como innovadora. En un movimiento que combina el ingenio con la seriedad del asunto, han instalado dispensadores de ladrillos en diversos pasos de cebra de Vancouver. Estos ladrillos, aparentemente comunes, están diseñados específicamente para ser inofensivos; son de goma y carecen de peso para no representar ningún peligro para los vehículos.
Sin embargo, su simbolismo es poderoso. Invitan a los peatones a tomar un ladrillo y, agitándolo hacia los conductores, ejercer una presión visual que obligue a detenerse a aquellos que de otra manera podrían ignorar su derecho de paso. Una vez cruzada la calle, los peatones depositan el ladrillo en el dispensador del otro lado de la vía, cerrando así un ciclo que simboliza la solidaridad entre quienes caminan por la ciudad.
