Nuevamente el transporte de patinetes eléctricos en el sistema de transporte público de España ha captado la atención de la opinión pública. En un giro inesperado, después de la prohibición en algunas ciudades, estos dispositivos de movilidad personal han recuperado su lugar en autobuses y trenes. Sin embargo, este retorno no es tan amplio como muchos esperaban, y se han establecido condiciones específicas para su transporte.
El razonamiento detrás de la prohibición original se centraba en preocupaciones de seguridad. Los patinetes eléctricos, debido a su tamaño y disposición, podrían obstruir pasillos y áreas de evacuación en caso de emergencia. Además, su presencia en vehículos de transporte público podría causar molestias a otros pasajeros y, en algunos casos, incluso riesgos de accidentes.
3La saturación de patinetes provoco un estrés del sistema
El surgimiento de empresas de alquiler de patinetes eléctricos contribuyó aún más a su difusión, ya que ofrecían una opción de movilidad alternativa y conveniente para los ciudadanos. Sin embargo, la coexistencia de estos dispositivos en los espacios limitados de los vehículos de transporte público comenzó a generar fricciones, lo que llevó a la imposición de prohibiciones en varias ciudades.
La decisión de Renfe en 2023 de prohibir completamente el acceso con patinetes eléctricos en metro y autobús fue especialmente controvertida, ya que afectó significativamente a los usuarios habituales de estos dispositivos. Posteriormente, se extendió la prohibición a otros servicios de transporte, como cercanías y media distancia, lo que amplió aún más el impacto de la medida.