Entrar a un parking puede ser un acto de fe. Mientras introduces el ticket en la máquina, un ligero escalofrío recorre tu espalda: ¿habrá valido la pena dejar el coche ahí? Y aunque las tarifas suelen ser un dolor de cabeza, lo que le ocurrió a un jubilado francés en un aparcamiento hospitalario podría considerarse una broma de mal gusto, o mejor dicho, el susto del siglo.
4La paradoja del parking hospitalario
Más allá de los precios, el caso de Jean-Louis invita a reflexionar sobre los problemas asociados a los parkings en hospitales y clínicas. En teoría, estos espacios deberían facilitar el acceso de los pacientes a los centros médicos. Pero en la práctica, la subcontratación de su gestión ha convertido estas instalaciones en un negocio altamente rentable, con tarifas que en ocasiones parecen abusivas.
¿Es razonable que alguien que va al médico por un chequeo deba pagar lo mismo que gastaría en una cena de lujo? Aunque el error de 17.571 euros es un caso extremo, la anécdota pone en evidencia cómo el sistema de parkings puede ser una fuente de estrés adicional en situaciones ya de por sí complicadas.
