Entrar a un parking puede ser un acto de fe. Mientras introduces el ticket en la máquina, un ligero escalofrío recorre tu espalda: ¿habrá valido la pena dejar el coche ahí? Y aunque las tarifas suelen ser un dolor de cabeza, lo que le ocurrió a un jubilado francés en un aparcamiento hospitalario podría considerarse una broma de mal gusto, o mejor dicho, el susto del siglo.
2El negocio de los parkings hospitalarios
La subcontratación de la gestión de aparcamientos en hospitales y clínicas no es nueva. Desde principios de la década de 2010, empresas como Indigo o Q-Park dominan este mercado, gestionando miles de plazas en países como Francia y España. En algunos casos, los precios son tan altos que se convierten en una carga adicional para los pacientes y sus familias, quienes ya enfrentan situaciones médicas complicadas.
Por ejemplo, en Francia, dejar el coche todo el día en un parking puede costar hasta 80 euros en grandes ciudades. Y aunque las cifras en España son más moderadas, también existen zonas donde aparcar puede ser una auténtica sangría para el bolsillo.