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martes, 9 septiembre 2025

El parche que Leclerc puso al neumático de su Giulia Quadrifoglio, que le dejó tirado en la carretera

Charles Leclerc, el joven piloto monegasco de Ferrari, ha sido noticia no solo por sus hazañas en las pistas de Fórmula 1, sino también por un incidente curioso que tuvo lugar lejos de los circuitos. El protagonista de esta historia es su Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio, un sedán deportivo que alcanzó velocidades de hasta 300 km/h con un parche improvisado en uno de sus neumáticos.

El resultado, sin embargo, no fue tan glamoroso como sus habituales podios. El corredor terminó pidiendo auxilio en plena autopista debido a que el arreglo que improvisó no terminó saliendo bien y lo obligó a frenar y esperar que lleguen a ayudarlo. Su impresionante coche quedó prácticamente en llanta al borde de sufrir una gran avería.

¿Cómo fue el problema que protagonizó Leclerc?

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Todo comenzó cuando Leclerc se encontró con un pinchazo en el neumático delantero izquierdo de su Giulia Quadrifoglio, un problema que cualquier conductor podría experimentar. Sin embargo, en lugar de reemplazar la rueda o llevar el auto a un taller, el piloto de Ferrari decidió tomar una solución rápida: un parche en el neumático para evitar que siga perdiendo aire.

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Lo que siguió fue un viaje a alta velocidad que terminó de manera abrupta, con el neumático completamente destrozado y el piloto varado en un costado de la autopista, con la llanta al descubierto. Esto era, en el mejor de los casos, una solución temporal, diseñada para mantener el coche en movimiento hasta llegar a un taller. Llevarlo a más de 300 km/h no es para nada recomendable.

El costo de la improvisación

El costo de la improvisación

Lo que Leclerc probablemente no anticipó fue la magnitud del daño que un parche insuficiente podría causar. A medida que el neumático se desintegraba, los riesgos aumentaron exponencialmente. La pérdida de un neumático a esa velocidad no solo pone en peligro la integridad del vehículo, sino también la seguridad del conductor y de otros usuarios de la carretera. Afortunadamente, Leclerc pudo detener el vehículo de manera controlada y evitar un accidente mayor, pero el incidente sirve como un recordatorio de que incluso los pilotos más experimentados deben respetar los límites de la física.

Este episodio también resalta la importancia de la preparación y el mantenimiento adecuado de un vehículo, especialmente uno tan potente como el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio. Aunque él es un piloto excepcional en la pista, la situación ilustra que, en la carretera, no hay margen para la improvisación cuando se trata de seguridad. El incidente podría haber tenido consecuencias mucho más graves si Charles no hubiera mantenido el control del vehículo en el momento crítico.

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