La velocidad en las autopistas europeas siempre ha sido un tema de debate. Mientras que en España llevamos más de tres décadas con el mismo límite de 120 km/h, otros países del continente han ido ajustando sus normas, unos hacia arriba y otros hacia abajo, en busca del equilibrio entre seguridad vial, eficiencia y movilidad.
En este contexto, uno de los estados miembros de la Unión Europea ha decidido dar un paso adelante que lo coloca en el centro de todas las miradas: la República Checa. A partir de este mes, un tramo de su red de autopistas permitirá circular a 150 km/h, convirtiéndose en el límite más alto de toda la Unión Europea.
3Los argumentos a favor y en contra

Como era de esperar, la decisión ha abierto el debate en Europa. Sus defensores sostienen que circular a 150 km/h en autopistas modernas, con coches cada vez más seguros y tecnología de asistencia avanzada, no representa un riesgo significativo. Aseguran que puede reducir los tiempos de viaje, aprovechar mejor las infraestructuras y aumentar la competitividad del país en movilidad.
Sin embargo, los críticos recuerdan un dato clave: a 150 km/h, la energía cinética de un vehículo es aproximadamente un 56% mayor que a 120 km/h. En caso de accidente, las consecuencias son mucho más graves. Además, la velocidad alta incrementa el consumo de combustible y, en consecuencia, las emisiones contaminantes. Para los expertos en seguridad vial y medio ambiente, factores que pesan más que la posible mejora en la fluidez del tráfico.