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jueves, 28 agosto 2025

La ola sí se ha ido, pero el calor. Con estos consejos conducirás seguro

El calor extremo afecta tanto al conductor como al vehículo. Seguir unas pautas básicas de prevención y cuidado puede marcar la diferencia entre un viaje seguro y un incidente en carretera.

Aunque las olas de calor suelen anunciarse como fenómenos puntuales, lo cierto es que el calor intenso se queda más tiempo del que desearíamos. Agosto ha vuelto a poner a prueba a conductores y vehículos con temperaturas extremas, en algunos casos superiores a los 40 ºC, que convierten cualquier desplazamiento en un reto añadido. No solo se trata del malestar físico que sienten los ocupantes, sino también del efecto directo que estas condiciones tienen sobre la carretera y la mecánica de los coches.

El asfalto puede superar fácilmente los 60 ºC, aumentando la distancia de frenado y acelerando el desgaste de neumáticos. Los motores trabajan al límite para mantener la temperatura adecuada, los sistemas de climatización se ven obligados a rendir más y la fatiga del conductor aparece con mayor rapidez. En este contexto, la prevención y el sentido común se convierten en aliados imprescindibles. Por eso, recopilar consejos prácticos y sencillos para conducir con seguridad bajo el calor no es solo útil, sino necesario para reducir riesgos.

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Descansos regulares y control de la fatiga

Las altas temperaturas afectan al coche
fuente: propia

Conducir con calor no solo desgasta el coche: también desgasta al conductor. El organismo se fatiga más rápido, la concentración disminuye y el riesgo de cometer errores aumenta. Por eso, los descansos regulares son imprescindibles, especialmente en trayectos largos. La recomendación es detenerse cada dos horas o 200 kilómetros para estirar las piernas, hidratarse y recuperar energías.

En el caso de los conductores profesionales, planificar turnos adecuados se convierte en una obligación más que en un consejo. Nadie está libre de la somnolencia o el cansancio, y en condiciones de calor extremo estos síntomas se aceleran. Escuchar al cuerpo es vital: ante el menor signo de fatiga, lo más sensato es parar en un lugar seguro y recuperar fuerzas antes de continuar.

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