La Guardia Civil ha demostrado una vez más su compromiso con la innovación y la sostenibilidad al incorporar una nueva flota de vehículos eléctricos a su parque móvil. Esta vez, se trata de 90 unidades del SUV eléctrico checo Skoda Enyaq en su versión 80X, que se suman a su creciente número de coches de propulsión a baterías. Esta adquisición es un paso significativo hacia la modernización y eficiencia energética del cuerpo.
La adquisición de estos vehículos forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por los fondos Next Generation de la Unión Europea. Esta estrategia de renovación del parque móvil no es nueva para la Guardia Civil, que ha estado actualizando sus vehículos de manera consistente en los últimos años para adaptarse a las exigencias contemporáneas y a la creciente necesidad de reducir la huella de carbono.
¿Qué características tienen los coches eléctricos de la Guardia Civil?

Los nuevos Skoda Enyaq 80X cuentan con una impresionante potencia de 204 caballos, permitiendo una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 8,5 segundos y una velocidad máxima de 160 km/h. Su autonomía es otro de sus puntos fuertes, con la capacidad de recorrer más de 540 kilómetros con una sola recarga. Estas características no solo aseguran un rendimiento óptimo en el cumplimiento de sus tareas, sino que también subrayan el compromiso de la Guardia Civil con la sostenibilidad y la reducción de emisiones.
La incorporación de estos modelos no es un hecho aislado. En los últimos años, la Guardia Civil ha adquirido una variedad de vehículos eléctricos, destacando casi 60 furgonetas e-Berlingo y 117 Renault Mégane E-Tech a finales del año pasado. En 2022, también se informó sobre la compra de más de 150 motos eléctricas para el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), lo que demuestra un enfoque integral hacia la electrificación de su flota.
Desafíos y adaptación para la Guardia Civil

Sin embargo, la transición hacia una flota eléctrica no ha estado exenta de desafíos. Uno de los principales problemas ha sido la adecuación de las instalaciones para gestionar y mantener estos vehículos. A principios de 2023, varios sindicatos policiales destacaron que no todas las instalaciones de la Guardia Civil estaban equipadas para soportar la creciente flota de vehículos eléctricos. Esto ha generado cierta controversia y ha subrayado la necesidad de mejorar la infraestructura para aprovechar al máximo las nuevas adquisiciones.
A pesar de los retos, la GC sigue adelante con su compromiso de modernizar su flota y adoptar tecnologías más limpias y eficientes. La incorporación de los Skoda Enyaq 80X es un paso importante en esta dirección, demostrando que el cuerpo no solo está preparado para enfrentar los desafíos del presente, sino que también mira con optimismo hacia el futuro. La apuesta por los vehículos eléctricos refleja una visión progresista y sostenible que seguramente seguirá dando frutos en los años venideros.